Veintinueve años lleva el colegio Cruz de Budiño conmemorando la Pascua con la Olimpiada de la Rosca, una cita deportivo-gastronómica que, al igual que los típicos festivales de Navidad, sirven de punto y aparte en el curso escolar, poniendo fin al trimestre y dando la bienvenida a un período vacacional. Esta fiesta se celebra a las puertas de la Semana Santa con el mismo fin e involucra a toda la comunidad educativa.

"Al director de aquel entonces se le ocurrió hacer una fiesta conmemorando el producto típico de la época, la rosca, invitando a los niños a que la elaborasen en casa y la trajesen para compartirla con los demás y el profesor de educación física ideó, a su vez, compaginarlo con una fiesta deportiva", explica Ana Crespo, una de las docentes que imparte clase en la actualidad en este centro porriñés.

La primera edición fue en el curso 1988-89. "Como en los dos primeros años lo de traer las roscas de casa no tuvo mucho éxito, pero la parte deportiva sí, se mantuvo la segunda y se encargaron las roscas a diferentes panaderías de Porriño para merendar después de las actividades". A partir de entonces, la iniciativa fue creciendo y consiguiendo más adeptos e incluso "se buscaron ayudas y patrocinios para celebrar una entrega de trofeos y medallas a los ganadores de las carreras y adquirir otros regalos".

Con todo este año, en un alarde de "fomentar la importancia de la solidaridad y cooperación, se eliminó la entrega de premios a cambio de una aportación de alimentos que irán destinados a los más desfavorecidos del municipio. Una iniciativa con la que queremos inculcar la importancia de ayudar y no de recibir". Por tanto después de 28 años, esta edición ha sido la primera solidaria en la que se estableció la donación de un kilo de alimentos por participar en la carrera, y todo lo recaudado se ha destinado al Banco de Alimentos SOS Porriño.

Luego de que todo el alumnado, desde 1º de Infantil a 6º de Primaria, disputase las carreras en sus diferentes categorías y modalidades, cross y pruebas de velocidad, fue el turno de los padres y madres, tras lo cual llegó el momento de la degustación de la rosca, aportada por la ANPA del centro. La jornada finalizó con la "búsqueda del tesoro" a través de la cual los más pequeños tuvieron que encontrar los huevos de pascua escondidos por todo el colegio, y a cambio de los cuales luego se les entregó una cesta con un conejo de chocolate.