El espíritu de Chandebrito sigue vivo cinco meses después. La fuerza altruista surgida de las llamas que se llevaron por delante la vida de dos vecinas de la parroquia aquel fatídico 15 de octubre regresó ayer a sus montes quemados. No eran daños personales los que había que evitar en esta ocasión, ni tampoco se trataba de salvar las casas del voraz incendio, pero la solidaridad acudió igualmente a la llamada de la comunidad de montes y la asociación O Castro para "curar" las heridas del fuego en el terreno. Más de 600 voluntarios, lugareños y procedentes de distintos municipios del entorno, desafiaron las previsiones meteorológicas y allí se plantaron para reforestarlo.

Tenían por delante la ardua tarea de colocar 8.600 árboles en los hoyos preparados por los comuneros en los últimos días para dejar todo listo para la jornada medioambiental "Manda carballo", un día señalado en el calendario para mostrar la riqueza natural y cultural de la parroquia y tratar de devolverle el color verde que se imponía en su paisaje antes del desastre.

Frondosas y frutales de futuro

La lluvia respetó la actividad y fueron poco más de 6.000 los robles, castaños, abedules y frutales como cerezos, manzanos y perales que los voluntarios lograron plantar finalmente a lo largo de la tarde. No hubo tiempo para más antes de caer la noche y la comunidad de montes se encargará de repartir los restantes ejemplares por los espacios seleccionados -Chans do Rapadouro, Chans do Castro y Turreiro- en una segunda vuelta durante la Semana Santa. Quedará así completo el cinturón que protegerá el núcleo urbano de la parroquia de nuevos incendios.

La selección de especies no ha sido casual. La comunidad de montes trata de dejar atrás el monocultivo del eucalipto y de diversificar los usos más allá de la explotación de la madera. "Colocamos frondosas y frutales con un doble objetivo, fomentar la recuperación de los bosques de frondosas y acercar el monte a la gente, que vengan en el futuro y puedan disfrutar de un paseo por la zona e incluso coger una fruta para comérsela", explicaba el presidente de los comuneros, Víctor Vidal, que no descarta incluso aprovechar los frutos para elaborar sidras o mermeladas para su venta a largo plazo, como fuente alternativa de recursos económicos.

Pero no todo fue trabajo. La jornada arrancó de mañana con la bienvenida por parte de la presidenta de la Diputación, Carmela Silva, el alcalde de Nigrán, Juan González, y miembros del gobierno municipal. Expertos en medioambiente ofrecieron charlas para concienciar sobre la necesidad de cuidar el entorno natural y cómo hacerlo hasta la hora de comer, en la que los presentes dieron cuenta de cientos de raciones de callos con los que tomaron fuerzas para la plantación.

9.000 euros para cuatro familias

Después regresaron a la carpa instalada en el campo de fútbol para participar en otro emotivo acto. La entrega de donativos a cuatro familias de la parroquia, las que más perdieron en el incendio. Tras organizar varios conciertos benéficos y recibir aportaciones privadas, la comunidad de montes y la asociación vecinal recaudaron más de 9.000 euros para los perjudicados.

Una cena a base de "choripán" y diversas actuaciones musicales pusieron el broche a una jornada que Chandebrito también recordará para siempre.