El "cinturón verde" que el Concello de Vigo proyecta para proteger la ciudad de los incendios tras el desastre del 15 de octubre no es nada nuevo. En Gondomar, dos comunidades de montes llevan años trazando los suyos para blindar su territorio contra el fuego y para frenar la propagación de especies invasoras como el eucalipto o la acacia. La reciente tragedia ha despertado conciencias y, con la ayuda de voluntarios, los comuneros de Peitieiros y Couso, avanzan en sus proyectos de barreras de frondosas. Han plantado ya cientos de árboles de especies autóctonas como castaños o robles en la franja que rodea ambas parroquias y esperan terminar pronto sus "cierres medioambientales".

El monte Matalagartos, en Peitieiros, acogió este fin de semana la última jornada de trabajo al respecto. Más de medio centenar de vecinos y voluntarios participaron en la plantación de otros tantos castaños en una parcela próxima al Alto de San Antoniño, el límite con la vecina parroquia de Couso, donde numerosos ciudadanos han dedicado los dos domingos anteriores a repoblar espacios con especies autóctonas.

La oleada de incendios de octubre apenas afectó a estas dos parroquias. Pero no por ello dejan de trabajar para evitar las catástrofes. El presidente de la de Peitieiros, Alfredo López, asegura que "xa temos practicamente rematada as franxas de protección, nas que retiramos eucaliptos e sustituímolos por frondosas". Solo quedaban los espacios más próximos a los ríos y el pasado fin de semana la actuación dejó lista la ribera del Touróns, "cunha faixa de 300 metros de longo por 200 de ancho". Ahora resta cubrir la barrera del terreno junto al cauce del Touteiros y repoblar la zona más alta de la parroquia, en la que el fuego sí calcinó el pasado agosto cerca de 40 hectáreas. Los núcleos de población ya se encuentran protegidos, recalca.

En Couso, decenas de voluntarios de Rexeneración Autóctona Val Miñor y comuneros plantaron un centenar de ejemplares de especies como robles, castaños, acebos o laureles a lo largo de una barrera de 100 metros de largo por 20 de ancho en la ladera del Alto do Facho, informa el presidente de la sociedad mancomunada, Xosé Antón Araúxo.

La entidad mantiene un acuerdo con el colectivo Verdeval de custodia del territorio, con el que ha puesto en marcha la regeneración de la zona de Chan da Mamonda, donde se ubicaba un antiguo vertedero. "Xa temos faixas en varios espazos, en torno a 1 kilómetro arredor das zonas poboadas. Agora o obxectivo é colocar frondosas alí onde prolifera o eucalipto", subraya.