El prestigioso arquitecto portugués Álvaro Siza Vieira, premio Pritzker, con obra reconocida a nivel mundial, es el vencedor del concurso de ideas abierto por la Diputación de Pontevedra para diseñar el puente peatonal sobre el río Miño, que comunicará Tomiño y Vila Nova de Cerveira (Portugal), con lo que se creará el primer europarque peninsular.

El concurso internacional consiguió trascendencia, con 24 proyectos admitidos de ingenieros y arquitectos de Stuttgart y Berlín, Buckingghamshire y Londres, Vanves, además de Portugal y de diversos lugares de España. Como explica el diputado de Cooperación Transfronteiriza, Uxío Benítez, se dio difusión al concurso a nivel internacional, pues la intención es la misma que persigue todo el proyecto Visit_Rio_Minho: atraer visitantes internacionales y que el territorio del Miño sea un punto de referencia conocido.

La unión temporal de empresas (UTE) formada por Álvaro Siza y la Sociedade GOP representada por Jorge Amorim Nunes da Silva es la que consiguió más puntuación con su diseño "Raia".

El proyecto de Siza recuerda al brazo de un nadador gigante que lucha por ayudar a superar la línea de frontera. Como él mismo explica en la Memoria, "cuando se decide intervenir a través de la disciplina arquitectónica en un territorio no es posible que lo construido pase físicamente desapercibido". Por ese mismo motivo planteó que el puente proyectado para el Miño debía tener "la dignidad formal y material necesaria" para convivir armónicamente con el entorno, sin dejar de poseer un carácter propio, sin renunciar a su tiempo.

Argumenta Siza que "quisimos atender al patrimonio histórico, natural y construido del lugar, preservar la totalidad de vegetación de ribera, y la continuidad espacial de la superficie del agua del río sin obstáculos y respetar los ecosistemas y monumentos de ambas márgenes".

Continuidad sobre el río

Este objetivo se consigue disponiendo de dos elementos: soporte y tablero, uno colgado del otro y posado solamente en tierra, sin tocar el agua, uniendo en ambas márgenes las dos redes de caminos, por encima del río, presentándose como una forma de continuidad de ambos parques: Espazo Fortaleza de Goián (Tomiño) y O Castelinho de Cerveira.

En el proyecto se habilita "un arco complementado por dos apoyos en pilares en forma de uve y un tablero que dibuja en el aire una forma sinuosa, una "ese", que se alarga erguida sobre el río para acostarse en las dos riberas con naturalidad". Por dentro pasarán peatones y bicicletas, conformando un conjunto entrelazado en el que el arco recuerda el brazo de un nadador gigante que lucha por ayudar a superar la línea de la frontera.

Con este diseño, el puente no compite con la naturaleza del entorno. Invita a visitar la fortaleza de San Lorenzo. Es una metáfora simbólica de la relación entre Tomiño y Cerveira, que "con gusto se miran cara a cara y no se dan la espalda".