La Guardia Civil se trasladó a última hora de la tarde a un tramo del río Miño ubicado a la altura de Arbo tras el hallazgo de un cadáver entre unos juncos. Los primeros indicios apuntan a que podría tratarse del pescador portugués desaparecido en el Miño el pasado 11 de febrero, si bien todavía no hay confirmación sobre la identidad del fallecido.

La alerta se recibió en torno a las ocho y media de la tarde. Hasta el punto, además de agentes del Instituto Armado, se han trasladado una embarcación de la Comandancia de Marina y los bomberos de Ponteareas.