Hace diez años que los agentes María Luisa Cajide Viéitez y José Ángel Fernández Fontela se encargan del control y seguimiento de los casos de violencia de género asignados al Puesto Principal de la Guardia Civil Baiona-Nigrán y su experiencia confirma que "las víctimas son cada vez más jóvenes en la comarca". De las 22 mujeres con órdenes de protección que siguen de cerca, dos son menores de edad, "de entre 16 y 18 años", aseguran. Su papel no se limita a la vigilancia de los ya denunciados sino que se centra también en la prevención de los malos tratos. Una tarea que cobra especial protagonismo este año en los institutos miñoranos, donde imparten charlas dirigidas a los alumnos de Bachillerato. Ayer ofrecieron la primera en el IES Primeiro de Marzo de Baiona.

Las conferencias se enmarcan en el Plan Director para la Convivencia y Mejora de la Seguridad en los Centros Educativos y sus Entornos que la Guardia Civil y la Xunta desarrollan desde hace años. En los últimos cursos, el programa se ha centrado en el acoso, el ciberacoso, las nuevas tecnologías o el consumo de drogas y alcohol. Pero en esta ocasión, alertados por conductas anómalas en sus aulas y por la tendencia nacional, los institutos de Baiona y Nigrán coinciden en dirigir sus alertas hacia los malos tratos. Y es que más de uno de cada cuatro jóvenes españoles (27,4%) consideran "normal" la violencia de género en la pareja, según el Barómetro 2017 de ProyectoScopio elaborado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD).

Cajide y Fontela lo atestiguan. "Las adolescentes confunden muchas veces el control con el amor y no lo identifican como maltrato. Ven el control y los celos como algo normal. 'Si me vigila el móvil es porque me quiere', piensan. Reconocen la violencia física, pero la psicológica casi la justifican. Nuestro objetivo es que vean que ese control por parte del agresor también es un delito", recalcan. Por eso dirigen sus charlas a los alumnos de Bachillerato, de 15 a 17 años. "Son las edades más conflictivas porque es cuando empiezan los noviazgos", subrayan.

Las nuevas tecnologías y las redes sociales al alcance de estos jóvenes suponen un factor de riesgo. "Permiten controlar horarios y comentarios por parte de los agresores", advierten.

Padres en alerta

El programa de conferencias va dirigido también a profesores y padres, a los que los agentes recomiendan permanecer alerta ante cualquier comportamiento anómalo. "Si ven que su hija deja de salir con sus amistades de siempre, si tiene miedo cada vez que suena el teléfono, si sospechan sobre la forma en que contesta... deben comunicarlo, aunque la chica no lo reconozca. Hemos tenido casos de padres que han denunciado y sus hijas han tardado dos años en hacerlo", afirman.

En este sentido, insisten en la importancia del entorno. Tanto los compañeros como los familiares o docentes. "Todavía está muy extendida la idea de no meterse si la víctima no denuncia. Pero lo cierto es que la violencia de género es un problema de todos y todos debemos contribuir para acabar con él". Precisamente recuerdan en las charlas que ETA mató a un total de 829 personas desde 1968 hasta 2010, mientras que han sido más de 900 las mujeres que han muerto a manos de sus parejas desde que hay registros, en los últimos quince años.