La titularidad de los terrenos en los que se ubica el instituto de Soutomaior, que todavía se encuentra en obras, ha generado un conflicto entre dos comunidades de montes de este municipio. Los comuneros de A Devesa tienen registrada esta parcela de 26.000 metros cuadrados hace dos décadas, aunque los vecinos de Arcade da Riba aseguran ahora que la finca les pertenece, como corroboran los marcos existentes en la zona.

El presidente de la comunidad de montes de Arcade da Riba, Daniel Raña, explica que problema surgió hace unos meses cuando comenzaron los trabajos del nuevo centro educativo en una zona denominada Monte Pequeno. "Fue en ese momento cuando comprobamos que la parcela en la que trabajaba la maquinaria era de nuestra propiedad, pero nadie había hablado con nosotros en el proceso de expropiación para el instituto", apunta.

Las obras para el centro de Educación Secundaria de Soutomaior obligó a expropiar unos 10.000 m2 de terreno, que fueron pagados a los comuneros de A Devesa, puesto que era la que tenía registrada esa propiedad. "Cuando nos dimos cuenta solicitamos una reunión con las directivas de las dos comunidades de montes y varias personas mayores de ambas zonas que pudieran acreditar los límites para tratar de alcanzar un acuerdo, con el Concello como mediador, pero el problema es que A Devesa rechaza ese encuentro y dice que lo único que les vale es lo que está registrado", señala Raña.

Los comuneros de Arcade da Riba han recurrido al archivo histórico, al Rexistro de Montes, pero no existen ni documentos ni planos que acrediten la propiedad, por lo que los únicos testigos válidos son los marcos existentes en el terreno. "Creemos que cuando A Devesa registró este monte en 1997 no fue con mala fe, sino que fue se saltaron por error uno de los mojones, y como en aquel momento no estaba constituida la comunidad de montes de Arcade da Riba, nadie presentó alegaciones. Pero ahora es el momento de corregir la situación", destaca Raña.

Los comuneros de Arcade da Riba aseguran que no se mueven por intereses económicos, sino por recuperar su patrimonio, e incluso argumentan que esta zona albergó su antiguo campo de fútbol, el primero que existió en los alrededores de Arcade. "No pretendemos exigir el dinero que cobraron por la expropiación para el instituto, ni queremos denunciarles, ni enfrentar a los vecinos, lo único que pretendemos es sentarnos a hablar, comprobar los marcos y llegar a un acuerdo sobre la titularidad de los 16.000 m2 que no fueron utilizados para esta obra", indica Raña. De momento la única respuesta recibida por parte de los vecinos de A Devesa es un total desinterés por esta cuestión.