El área recreativa del santuario de A Xestosa, en la parroquia de San Salvador de Prado, en Covelo, se ha quedado sin ocho olivos, sin tres maceteros y sin 43 hierros estas navidades. Son los daños materiales más destacados del robo que sufrió en los últimos días del 2017.

El presidente de la comunidad de montes de San Salvador de Prazo, José Fernández Muradás, descubrió este delito de robo con daño en las cosas, el pasado domingo, cuando subió hasta el santuario para ver si el temporal de viento había causado daños.

Una vez en el lugar comprobó que faltaban 8 de los 18 olivos plantados y 9 de sus maceteros de madera. Además, los ladrones se llevaron 43 hierros que sostenían la red del cierre. "Las vacas metían la cabeza entre los postes de madera tratada para comer la hierba de dentro y por eso tuvimos que cerrar mejor y cuando llegué ya vi la red en el suelo", explica el presidente de los comuneros, que muestra pocas esperanzas de que localicen a los autores. "Llevamos puestas 13 denuncias en la Guardia Civil por distintos robos y no han resuelto ninguno, así que nos tememos que este tampoco", dice.

La plantación de olivos con sus maceteros y otras mejoras habían sido financiadas con una subveción de Agader."Una actuación de más de 42.000 euros que ahora tendremos que reponer", lamenta Muradás, quien asegura que "según el ingeniero forestal que trabaja para nosotros los daños sufridos ascienden a unos 3.500 euros".

Este santuario se encuentra enclavado entre Carballeda de Avia, Melón y Avión, por eso, los comuneros colocarán ahora carteles informativos del robo por los alrededores por si a alguien le intentan vender un olivo ornamental que se pongan en contacto con ellos.

Los olivos robados medían aproximadamente un metro de altura. "Se llevaron los más delgaditos, que eran los que pesaban menos y creemos que pudieron utilizar un furgón para llevárselos, por las huellas de los neumáticos que quedaron" explica Muradás.

El robo se produjo en el santuario de A Xestosa, muy conocido entre los muchos devotos que se acercan para mojar pan en el auga bendita del sarcófago existente y frotarse sus verrugas y afecciones de la piel para curarse.