Tomiño ha dado a conocer el proyecto definitivo que da vida a la futura biblioteca municipal, valorada en 1,8 millones de euros, y ahora el Concello se dispone a buscar financiación para hacer realidad su ejecución. Fondos europeos, de la Diputación o de la Xunta fueron señalados por la alcaldesa del municipio, Sandra Álvarez, como posibles vías de crédito para subvencionar las obras del nuevo edificio, en el que se ha previsto situar la concejalía de Cultura.

La biblioteca municipal se localizará en pleno núcleo urbano de Tomiño y el edificio contará con un total de cinco alturas divididas en un sótano, una planta baja, primera y segunda planta y bajocubierta. En el sótano se instalará el archivo municipal, el fondo bibliográfico y las distintas instalaciones municipales, mientras que en la planta baja se ubicará el acceso a la biblioteca y la primera planta albergará el Espazo Memoria Tomiñesa y un jardín que sirva para dar más luz y claridad a las instalaciones.

En el segundo piso se habilitarán varios espacios para el Aula Cemit, la concejalía de Cultura y las reuniones; y ya en el último piso, bajocubierta, habrá espacios de usos múltiples y una terraza exterior. La construcción de este edificio tendrá un coste de 1,8 millones de euros, a los que hay que sumarle un presupuesto aproximado de 275.000 euros para el equipamiento previsto: 120 sillas, 8 sillones, 8 puestos de trabajo, 7 mesas de estudio, 22 ordenadores, 5 proyectores multimedia, estanterías y taquillas, entre otras necesidades.

Xavier Pousa, arquitecto del proyecto, y Susana Rodríguez, responsable del estudio técnico, fueron los encargados, junto a la alcaldesa, de presentar los pormenores de la futura biblioteca, un edificio integrado en el entorno "con vocación de ser un dinamizador social y cultural de la comarca" y con la intención de "convertirse en un eje de atracción social y comarcal", en palabras de Xavier Pousa. Por su parte, Susana Rodríguez resumió las necesidades detectadas por la población para el diseño y creación de este servicio municipal, que reclamaba una biblioteca moderna, próxima, inclusiva, coeducadora, participativa, divertida y dinamizadora.

Sandra González hizo hincapié en la "importancia de estar cumpliendo los plazos de un proyecto fundamental para el desarrollo del municipio" y recordó que este proyecto definitivo es la culminación de año y medio de trabajo en el cual se estudiaron cincuenta bibliotecas y se realizó una consulta abierta a la ciudadanía, en la que participaron 309 personas en representación de 53 entidades, centros y asociaciones, treinta colectivos y seis ámbitos sociales.