El alcalde de Salvaterra de Miño, Arturo Grandal, aseguró ayer que la localidad que preside "no competimos con otros municipios de la denominación de origen para celebrar esta fiesta, simplemente nos adelantamos".

La fiesta de los espumosos de Salvaterra abarca la amplia zona de la Denominación de Origen, con sus principales zonas de O Salnés, O Rosal y Condado; sin embargo es en esta última donde comenzó a celebrarse la fiesta hace cuatro años con vocación de continuidad.

"Creo que esta fiesta tiene aquí su lugar, porque en esta comarca empezaron a elaborarse los espumosos de Rías Baixas", dijo Grandal. "Esta fiesta se intentó hacer en varias localidades pero nosotros dimos el paso, y ha sido un éxito desde la primera edición", señaló el regidor.

El alcalde destaca que Salvaterra es la capital del vino del Condado y se está convirtiendo en la capital del vino espumoso. Sobre sus preferencias añade que "me encanta para acompañar cualquier comida, tanto dulce como salada, está muy bien tanto con un pescado como una carne".

"Inicialmente pensamos en hacer una sección de espumosos dentro de la fiesta del vino del Condado pero después nos dimos cuenta de que el espumoso tiene que promocionarse aparte, tiene su propio mercado y razón de ser, por eso pusimos en marcha esta fiesta propia", añadió.

Según el alcalde en el futuro esta fiesta se denominará feria. "Fiesta parece mucha alegría, ocio y da un mensaje lúdico... pero una feria engloba más, jornadas técnicas. La feria define más la esencia de lo que tiene que ser este evento. Tenemos que apostar por el conocimiento del vino, hacer pedagogía e historia", indicó.

El alcalde añadió que hay que apostar por el enoturismo. "Salvaterra es la capital del vino del Condado, las bodegas más importantes están aquí, hay cientos de personas que dependen laboral del vino... Creemos que es importante contar con un museo del vino. Los museos se hacen en edificios singulares, donde la propia edificación es un valor añadido", en referencia a la ubicación en las Cuevas de Doña Urraca.

"El hecho de que se haga el museo en las Cuevas de Doña Urraca no significa que el edificio no pueda usarse para otras actividades. Es importante decir que los actos culturales que hasta ahora se realizaron en las cuevas pueden seguir realizándose en su planta baja porque quedan paredes libres y espacio suficiente. Incluso el hecho de que esas actividades se celebren en el museo es un valor añadido a la convocatoria. Si alguna actividad no puede celebrarse allí, como ahora, existen otros locales en el Concello. Es cierto que hay algunas protestas pero Salvaterra no puede perder esta oportunidad de tener un importante museo del vino, que no le va a costar dinero y que es riqueza", concluyó Arturo Grandal.