"Todavía asumiéndolo y muy contento" es como se encuentra el tudense Lino Martínez una semana después de proclamarse campeón del mundo Master de Judo Tradicional WIBK en Bélgica. Una victoria que pudo contemplar en directo su hijo de 16 años y que ha dedicado a su madre. Además, de entre las muchas sensaciones que ha vivido en dicha competición, Lino destaca que "fue la primera vez que me pusieron el himno en el podio y se me puso la piel de gallina".

Representando a la Eurocidade Tui- Valença, dentro del equipo español, el judoca tudense luchó en la categoría M5, correspondiente a los aspirantes con menos de 81 kilos de peso. "Hasta el día del pesaje no sabes con quién te vas a enfrentar. Yo intento estar siempre por debajo de los 81 kilos, que es mi categoría", explica Lino, que también cuenta que "hay gente que se pasa por muy poco en el peso y se va a correr media hora para bajar medio kilo".

Superado el primer obstáculo, el pesaje, el judoca fue eliminando contrincantes hasta llegar a la final. "La final fue con un francés. Me iba ganando pero lo pude inmovilizar en judo suelo" y así fue como logró la victoria. Un triunfo que llegó acompañado de un quinto puesto en el Open, categoría en la que compiten participantes de todas las edades.

Lino practica judo desde los 24 años y a sus 54 reconoce que no es fácil compaginar entrenamientos, familia y trabajo. "Normalmente entreno tres veces a la semana, por la noche al salir de trabajar, pero no siempre es posible", se lamenta. Además, en relación a su empleo el judoca tudense es policía local en Tui, por lo que es conocido por muchos vecinos y vecinas que ahora no paran de felicitarle cuando lo ven por la calle.

Para parte de esos vecinos tiene palabras de agradecimiento. Les da las gracias a todos los que lo apoyaron y creyeron en él ya que gracias a ellos fue capaz de lograr este sueño. "Hice tazas y las vendí entre mis amigos y la gente de Tui para poder financiarme el viaje", explica.

Lino compagina su entreno en el Judo Club Tudense con el club luso JuValença y reconoce que "estoy orgulloso de vivir en la frontera, es una maravilla". Además, también hace hincapié en la importancia de visibilizar el deporte veterano y explica que "que a nuestra edad sigamos compitiendo tiene mérito, sin embargo las federaciones tienen olvidado el deporte veterano".

Sobre el judo también destaca que no es un deporte violento, sino que se basa en el respeto al contrario, una filosofía que ha trasladado tanto a su vida personal como profesional. "Nos damos de leches pero luego nos tomamos unas cervezas al salir", revela.