La presencia de especies como el salmón, la anguila, el reo, el sábalo o la lamprea es cada vez menor en el río Miño. Para evitar este declive se pondrán en marcha medidas de refuerzo de sus poblaciones y de incremento de su movilidad, incluidas en el denominado proyecto Interreg V España-Portugal Migramiño-Minho que lidera la Xunta de Galicia. La actuación se desarrollará a lo largo de dos kilómetros, desde el embalse de Frieira hasta la desembocadura del río, y estará centrada en conservar los peces migratorios del Miño y en preservar los canales fluviales.

La iniciativa la anunció la conselleira de Medio Ambiente, Beatriz Mato, ayer en Salvaterra de Miño y estará basada en tres ejes de acción: facilitar la movilidad de las especies mediante la eliminación de obstáculos en los canales fluviales y la instalación de dispositivos innovadores de franqueo; el refuerzo de las poblaciones a través de traslocalizaciones y de la creación de stocks reproductores; y la reducción de la presión humana fomentando el aprovechamiento sostenible de las especies y la recuperación medioambiental de las márgenes fluviales.

Respecto a la movilidad de especies, Mato afirmó que tras los estudios correspondientes, en septiembre de 2018 se podrán eliminar y permeabilizar ocho obstáculos presentes en los canales fluviales, que, en el caso de Galicia, se centrarán en las de los ríos Deva, Caselas, Furnia y Pego.

Refuerzo de poblaciones

Mientras que para reforzar las poblaciones de las especies migratorias, se realizará una traslocación de ejemplares juveniles de anguila (angulas); es decir, se trasladarán estas especies a localizaciones aguas abajo con el fin de encontrar las condiciones idóneas para su desarrollo. En concreto, serán transportados desde el embalse de Frieira 2.600 kilos de anguila, lo que equivale a 1,2 millones de ejemplares. Con respecto al salmón, se tratará de crear stock reproductor, que, una vez reproducidos, serán liberados en afluentes del tramo internacional del Miño.

Por medio de este actuación, se podrán soltar cerca de 40.000 ejemplares juveniles de salmón. Además, segundo explicó Beatriz Mato, "se hará una pequeña prueba piloto con el sábalo con el fin de comprobar si es idónea o no su cría en cautividad".

Además, para reducir la presión de origen humano para la recuperación medioambiental de las márgenes, se harán estudios e inventarios de puntos sensibles de las redes de saneamiento, se establecerán normas de pesca comunes que promuevan el aprovechamiento sostenible de las especies y la intervención sobre cinco hectáreas de vegetación ripícola deteriorada.

El coste de este proyecto transfronterizo asciende a 2,1 millones de euros, de los que la Consellería de Medio Ambiente aportará 600.000 euros.