Entró en Europa por Portugal y se expandió a Galicia e incluso a algún otro punto de la Península Ibérica, con la previsión de que se siga propagando. La plaga del nematodo del pino es una de las preocupaciones de los propietarios franceses de la región de Aquitania, poseedores de grandes masas de pino del país, que han decidido viajar al lugar de origen de esta problemática para conocer qué medidas pueden adoptar para su prevención.

El director técnico de la Asociación Forestal de Galicia, Xosé Covelo, les guió por su estancia en nuestra Comunidad, mostrándoles de primera mano las tareas realizadas para impedir la propagación de esta plaga. Así, en los montes vecinales en mano común de Santa María de Porriño pudieron contemplar cómo se gestiona para evitar los árboles muertos, eliminando todos aquellos que se aprecien secos y moribundos, como así se recoge en la normativa vigente. "Se realiza un seguimiento y se cortan los pies decaídos, teniendo así que adaptar su planificación forestal a este hecho", explica Covelo. Y es que desde que en 2010 se detuvo el primer foco de nematodo en As Neves y en 2016 en Salvaterra, se estableció un área de actuación en un ratio de 20 kilómetros determinándose una serie de limitaciones. "Así, en esta superficie, con el objetivo de controlar cualquier propagación de este insecto, toda la madera que se corte debe comercializarse con aserraderos de la zona, los cuales siguen un tratamiento específico", y, por otra parte, los pinos secos y decaídos son cortados y triturados, labor que los habitantes de esta región francesa pudieron ver de primera mano, pues en su visita observaron los trabajos de la empresa pública Tragsa en una zona de acopio de madera. "No se trata de madera afectada, pero por normativa y por prevención, debe ser eliminada de los montes".

Durante la jornada en Galicia, la comitiva asistió además a una sesión informativa en la que se expusieron las normativas y medidas adoptadas en Galicia desde la detección del primer foco en As Neves, el impacto en la industria de los aserraderos locales y el incipiente programa de mejora genética que se está desarrollando en el Centro de Investigación Forestal de Lourizán. Y como complemento, realizaron una visita a la Comunidad de Montes de Taboexa, en concreto a la superficie de erradicación de 1,5 kilómetros alrededor del foco.