La estación de servicio de Viladesuso podrá colocar de nuevo el tren de lavado sobre el río Seco en cuanto terminen las obras de canalización del cauce con que la Xunta pretende poner fin de una vez por todas al reiterado problema de las crecidas en la zona. Tras cuatro inundaciones que arrasaron el negocio en tan solo ocho años, el propietario accedió a retirar la estructura para facilitar la instalación de la cañería gigante que la Consellería de Infraestruturas e Vivenda ha puesto en marcha en los últimos días a lo largo de los últimos 92 metros del curso fluvial para acabar con los desbordamientos. La propia conselleira, Ethel Vázquez, y los técnicos de su departamento confirmaron ayer durante una visita a la zona que la gasolinera podrá recuperar el servicio de autolimpieza de vehículos una vez rematen los trabajos, a finales de este mes.

Augas de Galicia había amenazado con sancionar al negocio y al dueño de una finca colindante tras la última riada. En octubre de 2014, la crecida no solo ocasionó daños a la gasolinera, sino que bloqueó durante 14 horas con toneladas de piedras y barro la carretera nacional PO-552, la única conexión del municipio y de A Guarda con Vigo. El departamento autonómico abrió expediente a la estación de servicio por haber colocado el tren de lavado sobre el río doce años antes, al propietario de una finca particular colindante por construir también un galpón encima del lecho fluvial y a Telefónica, por obstruir el cauce con una canalización de cableado sin permiso.

Finalmente los procesos quedaron archivados, explicaron ayer técnicos de Infraestruturas, al no quedar claro que el espacio pertenezca al dominio público y los investigados se libraron de las multas. Lo importante ahora para el Ejecutivo gallego es evitar más riadas. Tras varios intentos fallidos con limpiezas y canalizaciones que no resultaron efectivas, la conselleira manifestó ayer que las obras en marcha serán las "definitivas".

Cuentan con una inversión de 110.681,07 euros y consisten en la colocación del mencionado desagüe gigante, un tubo de hormigón de forma rectangular, de 2,5 metros de ancho por 1,5 de alto, que aliviará las fuertes corrientes que se forman en momentos de fuertes precipitaciones en la zona. La gran pendiente del curso alto del río hace que las aguas discurran con fuerza y arrastren piedras y troncos que obstruyen el actual sistema de drenaje. El nuevo dispondrá de una balsa de retención y una reja de alta resistencia para evitar la entrada de sólidos, además de un paso que facilite su limpieza y mantenimiento.

El proyecto se completa con un refuerzo del firme de la calzada a lo largo de 2,5 kilómetros en el que se invertirán otros 100.000 euros, destacó la conselleira.