José Salinas, el dueño de la estación de servicio que lleva 45 años funcionando en la zona, observaba ayer la instalación de la gran conducción con esperanza e inquietud. "Después de cuatro inundaciones en ocho años, espero que esta vez se arregle el problema. Parece que por fin lo están haciendo bien, aunque todo esto a mí me causa un perjuicio porque he tenido que retirar el lavado hace un año y en todo este tiempo no he ganado un céntimo", comentaba.

Volverá a instalarlo en el mismo lugar en cuanto rematen los trabajos, aseguraba ayer. "Es un servicio que los vecinos de la zona demandan y llevaba funcionando doce año sin que nadie me dijese nada", argumentó.