Aterriza en la Concejalía de Urbanismo con dos grandes frentes abiertos: el controvertido proyecto del campo de golf de Baredo y la orden de derribo del edificio con 19 viviendas y cinco bajos comerciales ubicado en la Avenida Julián Valverde de Sabarís. Dos retos que José Ángel Bahamonde Rodríguez asume con "muchas ganas de trabajar siempre en colaboración con los vecinos". Su intención es continuar con la filosofía de "compromiso y diálogo" de su antecesora en el cargo, Ana Simóns, que dimitió hace un mes tras diez años en el gobierno municipal.

-¿Da miedo hacerse cargo de un área como la de Urbanismo, con la que está cayendo en Baiona?

-No, la cojo con mucha ilusión y ganas de trabajar con sensibilidad y humanidad para gestionar un departamento al que viene gente con muchos problemas. Nosotros somos el enlace entre los vecinos y los técnicos.

-Se enfrenta a varias patatas calientes. El campo de golf, por ejemplo. La portavoz del gobierno, María Iglesias, afirmó ayer en pleno que "no se hará nada que los vecinos no quieran". ¿Qué opina?

-Pienso lo mismo. El Plan Especial de As Costeiras está en fase de estudio todavía, habrá que esperar lo que digan los informes sectoriales de otras administraciones sobre su viabilidad, pero el Ayuntamiento no va a estar en contra de los vecinos de Baredo. Se va a abrir un segundo plazo de alegaciones de un mes. En cuanto finalice ese plazo y lleguen los informes, los técnicos redactores del proyecto tienen que estudiarlo todo, pero siempre vamos a estar al lado de los vecinos.

-Pero el gobierno rechazó ayer retirar el proyecto del Plan Xeral, como planteaba el PSOE.

-Claro. La propuesta socialista estaba mal planteada técnicamente. No se puede eliminar un área dotacional del Plan Xeral así como así, porque lo quieran los políticos. Hay que justificarlo. Podremos echar abajo el campo de golf si no es viable y si los vecinos están en contra, pero para eliminarlo del Plan Xeral hay que hacer una modificación puntual bien argumentada y eso conlleva un proceso largo.

-Otra de las batallas es la orden de derribo del bloque de viviendas de Julián Valverde, en Sabarís, ratificada en las últimas semanas por el TSXG. ¿Se va a demoler?

-Estamos intentando buscar una solución. Hay un proceso de alegaciones abierto. No sé si va a ser posible, pero vamos a intentar evitar el derribo.

-También sigue pendiente la demolición de los bungalós del camping de A Ladeira. ¿En qué punto se encuentra ese asunto?

-Todavía no he tenido tiempo de ponerme al día en ese asunto.

-Entre las cuestiones que han generado mayor polémica en el departamento se encuentra la discoteca Villa Rosa, por los lazos familiares de su antecesora, Ana Simóns, con los propietarios. ¿Hay novedades sobre el proceso judicial?

-Es otro tema del que tendré que informarme a fondo.

-A lo largo de sus diez años al frente de Urbanismo, Simóns logró aprobar el PXOM, el Pepchab, el plan del puerto... ¿Queda algo por hacer? ¿Cuáles son sus retos en esta nueva etapa?

-Es cierto que Ana Simóns me ha dejado el listón muy alto. Las grandes hazañas están hechas. Mi intención es trabajar duro para agilizar los trámites de la oficina de Urbanismo con la ayuda de las nuevas tecnologías. Es el pie del que cojea el departamento. Ahora estamos desarrollando además los planes especiales de Morade en Sabarís y Medialdea en Belesar, contemplados en el Plan Xeral para que los vecinos puedan dar salida a sus viviendas y parcelas. Seguiremos en la senda del desarrollo del Área de Rehabilitación Integral (ARI), buscando financiación para la rehabilitación de viviendas. Intentaré fortalecer la comisión del Plan Especial del Casco Histórico Artístico de Baiona (Pepchab) para dar mejor respuesta a los ciudadanos, ya que Patrimonio ralentiza los trámites y nuestro interés es tener capacidad para darles celeridad.

-¿Cuándo está prevista la humanización de la plaza Victoria Cadaval y su entorno en Sabarís?

-Tenemos grandes obras en marcha, como la mejora del acceso al puerto, el carril bici del paseo Alfonso IX o la humanización de Marqués de Quintanar. La tercera fase de la humanización de Sabarís está pendiente de informes sectoriales para licitarla y tendremos una reunión en breve para hablar de plazos. En todo caso, se nos irá al año que viene.