Quedó visto para sentencia el primer proceso judicial abierto tras la reclamación de la Comunidad de Montes de Atios contra el Concello de Porriño sobre los terrenos que ocupan 22 canteras de granito en los montes de Carrascal y Laxedo.

El Concello de Porriño, que defiende la titularidad de estos terrenos, argumentó que nunca fueron vecinales y que se trataban de dehesas reales para aprovechamiento maderero, que después pasaron a manos del Ayuntamiento.

El argumento fue defendido con la aportación técnica del profesor de Historia de la Universidad de Santiago, Víctor Barbeito, y es contraria al planteamiento de la Comunidad de Montes, que asegura que esta introducción en el proceso es novedosa y nunca se planteó hasta ahora.

Xoán Pereira, presidente de la comunidad de montes, indica que las dehesas existentes fueron subastadas y pasaron a manos privadas y no públicas y añade el dato de que los montes vecinales estaban antes incluso que la constitución del municipio como tal.

Durante el juicio, los vecinos defendieron que el monte está perfectamente delimitado y señalizado a lo largo del tiempo y aportaron numerosa documentación histórica que acredita su propiedad. El abogado Calixto Escariz llevó todo el peso de la parte demandante. Aunque estaba prevista la declaración de varios vecinos, finalmente solo una vecina del barrio de Carbón, Ramona Maceira, de 83 años, explicó que ya sus antepasados usaban esos montes de Carrascal y Laxedo para su aprovechamiento colectivo, como el pastoreo, la recogida de madera o abono. "Fue siempre terreno baldío", dijo a la juez.

El proceso judicial se dilató en el tiempo, un retraso que los vecinos atribuyen al Concello de Porriño, parte demandada. Se trata de que el Juzgado reconozca la titularidad de 169 hectáreas, donde se encuentran las 22 canteras, a favor de la Comunidad de Montes. Hace treinta años, cuando se produjo la clasificación de los montes vecinales, el jurado provincial dejó fuera este trozo, ya que precisamente consideraba que la industrialización del mismo, con las canteras, no era un uso propio de los vecinos.

Este asunto también fue abordado ayer al manifestar que canteras siempre hubo. "Hubo canteras aunque no hubo máquinas ni agujeros en el monte, de allí se sacaban piedras para cantería tradicional y pastas de cierre", afirma el presidente de la comunidad.

El juicio duró tres horas y media y la sentencia determinará si los vecinos son titulares reales de los terrenos donde se asientan estas canteras.

"Confiamos en que la justicia ponga fin a lo que consideramos una anomalía jurídica y administrativa, que comienza en 1987 cuando el Jurado Provincial de Montes dejó 169 hectáreas (precisamente donde están las canteras) del monte Carrascal y Laxedo fuera de la clasificación como monte vecinal. De este modo esa porción del monte sigue en manos del Ayuntamiento, quien percibió durante todo este tiempo las rentas del alquiler. Una resolución que se aleja por completo de la realidad histórica y presente del monte comunal", asegura Pereira.