Baredo está en pie de guerra contra la propuesta de campo de golf que el Concello de Baiona plantea en sus montes comunales. Los vecinos temen quedarse sin agua. Disponen de una red de suministro privada, cuya veintena de manantiales se ubican precisamente en los terrenos elegidos por el gobierno municipal para desarrollar el Plan Especial das Costeiras, en caso de que aparezca algún inversor dispuesto a desembolsar los 14 millones de euros que costará. El documento que ordena los 675.000 metros cuadrados del mayor complejo deportivo de la provincia reserva más de la mitad de su superficie al recinto de 18 hoyos y en el resto, diseña una piscina, pistas deportivas, un centro hípico y un espacio de deportes aéreos.

La alerta es máxima a dos días de que finalice el plazo de exposición pública del planeamiento y así lo constatan la treintena de vecinos que han emprendido una campaña informativa. En apenas un día, tras recorrer la parroquia casa por casa el domingo e instalar ayer una mesa informativa en el centro cultural que permanecerá abierta por las tardes hasta el jueves, han recogido más de 200 firmas y más de 350 alegaciones para presentar en el registro municipal, que había recibido ayer más de doscientas procedentes de otros puntos de la comarca.

"El gobierno municipal nos dice que no se tocarán los acuíferos, pero el proyecto no lo garantiza. Contempla balsas artificiales que recogen agua de las escorrentías que alimentan los regatos y manantiales. El consumo del campo de golf es de 250.000 toneladas de agua al año, mucho más de lo que gastamos en las 400 casas de Baredo. Si este verano hemos tenido que realizar cortes nocturnos para garantizar el caudal, no nos imaginamos qué ocurrirá con el campo de golf", explica el presidente de la comunidad de aguas, Andrés Giráldez.

Les preocupan también las consecuencias que los agroquímicos utilizados en este tipo de instalaciones puedan provocar sobre su salud. "Existe un estudio elaborado por el Ministerio de Medio Ambiente, la Junta de Andalucía y la Asociación Europea del Golf que apunta al uso habitual de fertilizantes que, esparcidos por el terreno, acaban contaminando las aguas superficiales y se filtran en la tierra. Se usan también pesticidas y su fumigación provoca un riesgo de volatilización que afecta a la población causando enfermedades como alergias, alteraciones neurológicas, estimula la formación de varios tipos de cáncer, patologías de hígado, de riñón o dermatitis", señala Cristina Giráldez, otra vecina integrada en el grupo impulsor de la campaña.

El impacto paisajístico también les inquieta. "Din que iso vai ter moi boas vistas e vai respetar o entorno, pero o certo é que vai estar pechado para os veciños de Baredo e do resto da contorna. Hai pistas de senderismo, vén moita xente facer ciclismo de montaña... É un lugar que herdamos dos nosos antepasados e estamos na obriga de deixárllo ás vindeiras xeracións", añaden.