El Entroido de Verán de Redondela superó todas las expectativas de la organización en cuanto a asistencia de público, con más de 30.000 personas, y según informaron ayer desde la Concejalía de Interior, no hubo incidentes de gravedad pese a la gran afluencia de gente. Los servicios médicos tan solo tuvieron que atender durante la jornada a medio centenar de personas con heridas leves y síntomas de embriaguez. Pese a estos datos, desde la Agrupación de Electores de Redondela (AER) aseguran que hubo "desorganización" e "inseguridad" en le recinto de la fiesta.

El gobierno local, por su parte, resaltó el importante esfuerzo realizado en materia de seguridad, con un amplio dispositivo con un refuerzo de efectivos de la Policía Nacional, así como un mayor número de agentes de seguridad -algunos de ellos de paisano- para controlar el recinto de la fiesta así como las calles internas del casco urbano. Además se bloquearon los accesos al tráfico rodado con la colocación de sacos de arena en la zona infantil, situada en la Praza da Torre, en Alfonso XII, en la Praza da Constitución, Pai Crespo, Paseo da Xunqueira y en Ernestina Otero en el acceso al recinto del concierto, diseñado de acuerdo a un Plan de Seguridad y Evacuación y que disponía de un control de acceso llevado a cabo por miembros de seguridad privada, además de tres salidas de emergencia.

"Situación de inseguridad"

Pese a los esfuerzos en materia de seguridad, desde AER afirman que hubo "desorganización" y se vivió una "situación de inseguridad en el recinto principal" durante los conciertos a lo largo de la noche. En este sentido, critican que se cambiara la entrada a esta zona respecto a años anteriores, que se realizaba desde el fondo del recinto, avanzando hacia el escenario, mientras que esta edición se habilitó la entrada justo en el centro de la zona por la calle perpendicular al parque de la Alameda desde Xeneral Rubín. "Esta decisión ocasionó que cuando el recinto se llenó, sobrepasando el lugar donde se encontraba la entrada, esta zona se convirtió en un auténtico tapón que hacía muy difícil la entrada y la salida de la gente", explican. También critican que se permitiese a la gente sentarse en los accesos y que hubiera dos contenedores bloqueando el paso.