Una de las festividades y romerías más antiguas y afamadas de Galicia, la de Santa Marta de Ribarteme, se celebra hoy en As Neves ante un multitudinario público. Devotos, fieles, romeros y también algunos curiosos no quieren perderse esta cita anual que se viene realizando desde el siglo XIV cada 29 de julio.

La peculiaridad de esta romería llega tras el oficio de la misa solemne cuando personas, que ruegan la intervención milagrosa de la virgen con el fin de sanar una enfermedad o que muestran su agradecimiento por algún favor que se le haya concedido, se introducen en ataúdes para salir en procesión, portados por familiares o amigos.

Este año se batirá el récord y se prevé que haya 11 ataúdes, diez de adultos y uno de niño. Esa era la previsión que ayer tenían desde la Sacristía de esta iglesia, donde llevan todos los preparativos y reservas de los féretros. Con todo, los ataúdes de los que disponen no fueron suficientes, pues tienen en propiedad seis grandes y seis pequeños, por lo que, en esta ocasión, cuatro de los ofrecidos tuvieron que encargarse de conseguir su propio féretro par cumplir la promesa. En algunos casos la persona opta por no ir dentro del ataúd, por tanto en vez de ir abierto este sale igualmente en procesión, pero cerrado.

La reserva de los ataúdes se realiza con mucha antelación, se trata de algo muy planificado y no de última hora. Para la procesión de hoy las primeras solicitudes se hicieron en el día de la romería del año pasado.

La singularidad de este acontecimiento lo ha convertido en un atractivo turístico. Así, ese día, en el santuario y sus proximidades uno puede escuchar diversas lenguas y dialectos, ya no solo de visitantes, sino también de periodistas procedentes de medios de comunicación de todo el mundo.

La fe y la devoción mueven a gran parte de los asistentes, pero otros se acercan para observar perplejos algo "increíble", retratándose incluso delante de los ataúdes.