Los graves errores en la rotulación de las calles de las parroquias redondelanas realizada hace más de una década y la larga espera para su corrección han agotado la paciencia de los vecinos. O al menos eso es lo que se desprende de la acción reivindicativa realizada en los últimos días, donde han aparecido borrados con pintura más de cuarenta letreros que contenían fallos de toponimia. Los carteles afectados por los brochazos -una iniciativa anónima que no ha sido reivindicada- se localizan en las parroquias de Reboreda, Ventosela y Cedeira.

El concejal de Interior, Patrimonio y Seguridad Ciudadana, Arturo González, señaló ayer que tienen constancia de estos hechos desde hace quince días, y aunque se ha reforzado la vigilancia en las zonas afectadas, hasta el momento no se ha descubierto al autor o autores de las pintadas. "El responsable de estos actos de sabotaje está demostrando un gran desprecio por el mobiliario urbano municipal y también hacia los propios vecinos porque todo esto tiene un coste que sale del bolsillo de todos los ciudadanos", lamenta. González tampoco admite que se trate de una medida de presión para revisar la toponimia: "Estaría generando el efecto contrario, ya que estas no son formas de reivindicar nada, es un acto de vandalismo que solo genera rechazo".

Una década de polémica

La toponimia en las parroquias es desde hace años una fuente de polémica en el municipio, sobre todo tras la rotulación de las calles realizada hace una década en los últimos tiempos del gobierno bipartito que presidía Xaime Rei. El colectivo cultural Alén Nós y el Seminario de Estudios Redondeláns denunciaron este problema ante los responsables municipales. Incluso en el año 2012 entregaron a los gobernantes un exhaustivo trabajo de investigación sobre la toponimia de la parroquia de Reboreda con el objetivo de corregir los graves errores de los letreros.

La actuación incluyó un riguroso trabajo de campo realizado a lo largo de varios meses en los que los miembros de la asociación Alén Nós se recorrieron todos los viales, revisaron las incorrecciones, las documentaron con fotografías e incluso posicionaron los lugares con coordenadas a través de Google Earth. El estudio se presentó en formato digital donde se recogían las 220 placas ubicadas en los distintos caminos de la parroquia de Reboreda y se recogían los errores existentes y se determinó la toponimia original, supervisada por el especialista Gonzalo Navaza, profesor de la Universidad de Vigo y miembro de la comisión de toponimia de la Xunta.

Con esta labor se puso de manifiesto la falta de rigor con la que se realizó la rotulación con ejemplos como el Camiño do Fondo, en Santo Paio de Abaixo, que pasó a denominarse Camiño do Cotiño; el Camiño do Bula se transformó en Camiño do Colexio de Reboreda; el Camiño do Caracol cambió a Camiño da Misión; el topónimo "O río de San" se nombró como "O río de Xans"; o el Camiño Bolchomade pasó a denominarse Valchamade.