Los vecinos de un edificio de tres alturas de Chapela han obligado a parar los trabajos de construcción de un muro para la ampliación de la AP-9 que se ejecuta junto a sus viviendas debido a las fuertes vibraciones. Estos afectados, que ya pararon las obras a mediados de mayo por la instalación de los pilotes de contención del muro junto a la cimentación de su inmueble, tuvieron que colocarse nuevamente ante las máquinas por el temblor y ruidos continuos que soportan en sus casas, situadas en el Camiño Fonte do Cornido. La causa en esta ocasión son los trabajos de compactación del terreno situado tras el murallón de hormigón que separa la calzada de sus hogares, en los que aseguran que han aparecido grietas.

Uno de los residentes en el edificio es Rafael Baltasar Cela, el presidente del colectivo de afectados, teme que las vibraciones puedan afectar a la estructura del inmueble, que consta de seis viviendas. "Estamos sobre un terreno muy inestable y con mucha agua en el subsuelo. En el terreno de al lado ya hubo un corrimiento de tierras y en nuestro edificio las grietas son cada vez mayores, por lo que hay intranquilidad".

Una parte del garaje situado en el bajo está expropiado y tendrá que ser derribado, al igual que se hizo hace unos meses con unas casas en la misma calle, que quedaban con el nuevo carril al borde de la AP-9. Los vecinos de este edificio, apoyados por la asociación de afectados por la autopista, solicitaron a Fomento y Audasa que les expropiaran todo el bloque de viviendas al considerar que quedaban hipotecadas para toda la vida, aunque hasta el momento no han recibido contestación.