El fuerte olor que desprenden los contenedores de la recogida de algas de la playa de Cesantes, situados junto al paseo marítimo, está generando quejas entre los usuarios del principal arenal redondelano. Un problema agravado durante los últimos días por las altas temperaturas, que pudren este material, transformando estos depósitos en focos infección que atraen a insectos y provocan un hedor desagradable en una de las zonas más turísticas del municipio en la temporada estival.

La asociación de vecinos de Cesantes ha trasladado en distintas ocasiones al Concello las protestas de los ciudadanos sobre este problema y piden el traslado de los contenedores a otro lugar más apropiado, aunque hasta el momento no han recibido respuesta. "Somos conscientes de que en algún lugar hay que depositar las algas, pero en primera línea de playa y a escasos metros de la capilla de la Virgen del Carmen consideramos que no es el sitio idóneo, y las quejas de los vecinos nos dan la razón", explica la presidenta del colectivo vecinal, Magdalena Ramonet.

A la antiestética presencia de los contenedores junto a la playa, causando un gran impacto visual en una de las zonas más concurridas, los vecinos critican que los depósitos no se recojan a diario, por lo que es habitual que las algas rebosen. "Ese punto es de los pocos con sombre en primera línea de playa porque cuenta con varios árboles de gran tamaño, y mucha gente, sobre todos personas mayores y madres con bebés, se colocan en esa zona para protegerse del sol, aunque ahora con el olor de las algas es inviable", señala Ramonet.

Desde el colectivo vecinal también censuran la forma de recoger las algas que se acumulan en la zona intermareal de la playa, ya que el personal de limpieza utiliza maquinaria pesada que puede ser perjudicial para un lugar tan sensible desde el punto de vista ambiental. "Este trabajo mecanizado para retirar las algas acaba por degradar la playa porque también arrastra mucha arena, que es otro de los principales problemas de esta zona", apunta la dirigente vecinal. Ramonet sabe bien de esta cuestión, puesto que se dedica profesionalmente al marisqueo. En este sentido, destaca que desde la cofradía de pescadores también realizan la recogida de algas para la limpieza de los bancos marisqueros, aunque es una tarea que se realiza de forma manual y con especial cuidado. Y el material que reúnen, en vez de dejarlo depositado en un lugar de la playa, se traslada en un barco hasta una batea situada cerca del puerto, donde se deja secar para luego utilizarlo como abono en las fincas de cultivo.