La XXII edición de la Bienal Arte No Morrazo tiene algo de nostálgico. Así lo evidencia en el catálogo del propio comisario de la muestra, Camilo Camaño, ya en su condición de funcionario jubilado. Relata como comenzó todo, aquellas exposiciones artísticas que se hacían al aire libre y que después pasaron a la Casa da Cultura.

También recuerda que el certamen artístico, que ayer se inauguró, nació de la mano del que hoy es alcalde de Cangas, Xosé Manuel Pazos. Ayer recordaron todos el imprescindible patrocinio de Frigoríficos de O Morrazo, su decidida apuesta por el arte en una tierra preñada de genialidad.

.Un total de 46 artistas de diferentes nacionalidades exponen su obra y participan en el certamen, con el que pretenden, en muchas ocasiones, ganar un primer dinero con su trabajo artístico. Hay 12.000 euros que se reparten a los autores en concepto de premio adquisición (4 piezas a razón de 3.000 euros cada una, que corresponden a tres obras seleccionadas y una beca de estudios de posgrados en Formación Artística). Ayer el Auditorio era un torbelliño de colores, de obras incomprendidas, de imaginación desbordante, de deseo de triunfar. Era un día importante, porque en algún momento de este mandato se había temido por el futuro de Arte No Morrazo, al otorgarle la condición bianual (la crisis también llegó aquí y había que reiventarse).