Un ciclista aficionado de Chapela pretende realizar un reto que ni el mismísimo Induráin en sus mejores tiempos quizá podría superar. El objetivo es realizar el Camino de Santiago desde Roncesvalles hasta la plaza del Obradoiro en solo 40 horas. Y para aumentar la dificultad, lo hará en solitario y sin vehículo de apoyo.

Albino Rozas Gulias, de 47 años, llegó el miércoles a Pamplona y ayer se desplazó al inicio de la ruta, en la falda sur de los Pirineos. Su intención era arrancar esta madrugada desde Roncesvalles, a las 5.00 horas, para llegar a Santiago mañana por la noche si las fuerzas no le fallan. "La motivación y las ganas las tengo a tope, y sé que hay mucha gente pendiente que me apoya y anima, así que espero lograrlo", comentaba ayer mientras se preparaba desde la localidad navarra.

Las únicas paradas que realizará serán breves pausas de cinco minutos cada 70 kilómetros para reponer líquidos y alimentarse a base de barritas energéticas, geles, sales minerales y fruta fresca. "Ese será mi único combustible", apunta.

Su objetivo es hacer una media de unos 25 kilómetros por hora y su mayor temor es el viento racheado de la llanura castellana. "Las condiciones meteorológicas es lo que al final determinará si lo consigo o no, pero es algo que no está en mis manos. Lo que está claro es que si no lo intentas nunca sabrás si puedes lograrlo", justifica.

Rozas cree que está bien preparado, ya que hace dos meses completó la vuelta a Galicia, pasando por las cuatro capitales de provincia, en 26 horas. "En total fueron 500 kilómetros y no precisamente llanos, porque es un recorrido rompepiernas con continuos repechos". Y después completó el entrenamiento saliendo a rodar a diario entre 80 y 100 kilómetros. "No sé si lo lograré en el tiempo previsto, pero lo que sí es seguro es que no me rendiré y llegaré a Santiago", afirma.