La "plantilla" de las tradicionales alfombras florales de Corpus ha caído a la mitad en los últimos cinco años. Del medio millar de personas que invadían las calles de Gondomar la noche anterior a la celebración del Santísimo para convertir su procesión en una explosión artística de color quedan poco más de doscientas. El Concello quiere devolver el esplendor a una costumbre centenaria y reunir al menos trescientos colaboradores para tapizar el entorno de San Benito y las calles Manuel Losada, Eduardo Iglesias y Ángel Urzáiz. La concejala de Cultura, Nuria Lameiro, llama a los vecinos a participar de la gran fiesta de la convivencia vecinal gondomaresa y los convoca hoy a una reunión a las 21.00 en la casa consistorial.

El encuentro estaba previsto para organizar los últimos detalles de los tapices con los asiduos, que llevan ya una semana deshojando mirto bajo la carpa instalada en la alameda. Pero la necesidad de personal es acuciante y la concejala espera "que a xente se anime porque o certo é que se trata dunha tradición para facer pobo, non só relixiosa".

Lo ratifican las voluntarias que acuden cada tarde a la alameda. Disfrutan del trabajo y de la compañía. "Isto é laborioso, pero tamén divertido. Conversamos, merendamos e rimos moito", comenta Teresa Pereira, una integrante de la asociación de Mulleres Rurais, que se encarga del espectacular tapiz que cubre la escalinata de la iglesia.

Este año participarán otros cuatro grupos: los centros culturales de Mañufe y Vincios, la comisión de fiestas de Santa Mariña de Vincios y el Club de Patinaje Artístico de Gondomar. El Concello otorga una ayuda de 800 euros a cada uno y gasta 3.000 euros en flores para garantizar el material, además de correr con los gastos de la carpa y logísticos.