La reforma que la comunidad de montes de la parroquia de Mos acometerá en los más de 30.000 metros cuadrados que integran la finca del Pazo, incluirá, entre otras instalaciones, un área de descanso para peregrinos y también un espacio con gradas para desarrollar conciertos y otro tipo de eventos. "Se trata de un proyecto que parte del respeto hacia el entorno en el que se ubica, utilizando materiales que dialoguen con el mismo e integrando elementos como el propio Pazo y el Camino de Santiago". Así lo explica Estefanía Grandal, arquitecta encargada de un proyecto que ya está finalizado y que está a la espera de la valoración de la Dirección Xeral de Patrimonio. Si la respuesta, como se espera, es positiva, las obras se desarrollarán durante un plazo aproximado de 11 meses y contemplarán una inversión de más de un millón de euros, aportados por la comunidad de montes de la parroquia de Mos, propietaria del terreno que rodea el Pazo desde hace dos años.

El resultado final de los trabajos permitirá la obtención de un espacio multifuncional dividido en varias zonas independientes que, a su vez, estarán conectadas por un sendero adaptado a personas con movilidad reducida. "Habrá una gran plaza que dé continuación a la ya existente, una zona con gradas para desarrollar diferentes tipos de eventos, un parque infantil y otro para adultos con elementos para la práctica deportiva, una zona con plantas aromáticas, un aparcamiento y un área de descanso para los preregrinos", tal y como explica Estefanía Grandal. Este es uno de los espacios más interesantes del proyecto, pues el Pazo es uno de los puntos más emblemáticos del Camino a su paso por Mos y además incluirá una rosaleda como representación del principal símbolo de municipio: la rosa.

Cuatro de las cinco antiguas naves industriales presentes en la finca desaparecerán. Los trabajos de derribo ya han comenzado y pondrán fin así a unas ruinas que en su momento sirvieron como instalaciones de explotación avícola y porcina, y que habían sido construidas en la década de 1940. Además, desde Encaixe Arquitectura aprovecharán una mina de agua para canalizarla y formar un pequeño riachuelo que recorra parte de las instalaciones.