El aparatoso accidente registrado ayer junto al colegio Chano Piñeiro de Gondomar generó protestas por la falta de seguridad vial en las inmediaciones del centro. Una vecina de 28 años y su hija de tan solo un año y medio resultaron heridas al arrollarlas un turismo que bajó la pendiente solo, después de haberlo dejado su conductor sin freno de mano debido a un despiste. El siniestro causó indignación entre numerosos padres de alumnos, que se quejan del "caos" a las horas de entrada y salida del alumnado, cuando autobuses, vehículos particulares y escolares a pie coinciden en la estrecha calzada, que califican de "embudo".

El atropello se produjo minutos antes de las dos de la tarde. La mujer subía caminando con su bebé de la mano para recoger a su otro hijo en la escuela. Apenas pudo esquivar al coche, un Volkswagen Golf, que se desplazaba marcha atrás cuesta abajo sin control. Su propietario, otro padre que también iba a buscar a sus pequeños, lo había aparcado al parecer sin el bloqueo manual en la subida.

Las dos sufrieron diversas lesiones al caer al suelo golpeadas por el vehículo, que rompió la valla protectora de la acera por la que circulan los alumnos y progenitores y acabó empotrado contra un talud. Al lugar acudieron una patrulla de la Policía Local, bomberos del GES Val Miñor y dos ambulancias, que trasladaron a las heridas al hospital Álvaro Cunqueiro, donde permanecían ingresadas en observación al cierre de esta edición.

En medio del revuelo, numerosos padres manifestaron su indignación por los riesgos que aseguran corren sus pequeños cada día. Aunque todo apunta a que un descuido ocasionó el desplazamiento fortuito del turismo que atropelló a las dos heridas, afirmaban que el peligro es constante. "Esta subida é moi estreita e pendente, con buses e coches en dobre sentido ao mesmo tempo ca os viandantes. O espazo do aparcadoiro tamén é pequeno e as manobras dos vehículos coinciden coa entrada e saída dos nenos en grupos", comentaban a la vez que se preguntaban qué habría ocurrido si el siniestro se produjese cinco minutos más tarde, coincidiendo con numerosos niños y padres en la acera.

Recuerdan que existió un proyecto para dotar el vial de sentido único y llevar la salida de los vehículos a otro punto de la PO-340 "que nunca se chegou a facer" y exigen una solución urgente al problema.

Por su parte, el alcalde, Francisco Ferreira, lamentó lo sucedido y encargó un informe detallado a la Policía Local para analizar las causas y tratar de reforzar la seguridad en la zona. Aseguró que el Plan Xeral contempla una carretera de salida con sentido único, "que non poderemos facer ata que o documento estea aprobado".