La plaga de avispa asiática se dispara en la comarca, pero la producción de miel se multiplicará por tres. Puede parecer una paradoja, dado que la imparable expansión de la científicamente llamada vespa velutina ha mermado la población de abejas en sus cinco años de avance, pero los apicultores de la zona asisten atónitos al fenómeno. "Non hai maneira de frear o impacto deste insecto invasor, pero pola contra, a colleita deste ano prevese excepcional", explica el delegado de la Asociación Galega de Apicultura (AGA) en Val Miñor y Baixo Miño, José Ramón Suárez. Sus colmenas y las de muchos de los treinta socios que la entidad registra en la zona ya disponen de producto maduro para retirar y calcula que triplicará en cantidad al del año pasado, aunque no comenzarán a recogerlo hasta julio.

La única explicación que encuentran a la contradictoria situación es la meteorología y sus efectos. "Tivemos un inverno que non foi tal, con altas temperaturas e pouca choiva. Así que a floración do eucalipto adiantouse, prácticamente mantívose todo o ano, polo que as abellas traballaron a reo", argumenta el experto. Las obreras cumplieron su misión en tiempo récord, el poco que las avispas asiáticas les dejaron para hacerlo. Y es que, presiamente la ausencia de frío, las mantuvo activas acechando las colmenas hasta principios de año. Pero, en tan solo cuatro meses, los panales se han llenado.

Así que los apicultores no descartan que las abejas se estén adaptando a la presencia de sus enemigas y acorten sus tiempos de producción, pero habrá que esperar al menos hasta el año que viene para confirmar o descartar la hipótesis, apunta Suárez.

Por el momento, lo cierto es que la miel de este año promete ser mucha y de "moi boa calidade". Suárez destaca las propiedades del producto miñorano en dolencias respiratorias por su alta concentración de polen de eucalipto. No tiene denominación de origen, pero bien merece una buena promoción.

De ahí que AGA organice mañana sábado, en colaboración con el Concello de Nigrán y para conmemorar el Día Mundial de las Abejas, la I Feira Apícola do Val Miñor. El evento tendrá lugar en A Ramallosa y tratará de concienciar también de la necesidad de la apicultura para conservar la biodiversidad. Los estudios científicos apuntan a que la desaparición de las abejas, las mayores polinizadoras del ecosistema, acabaría por romper la cadena alimenticia y, por lo tanto, se extinguirían todas las especies, la humana incluida.

Una carpa en el Camiño da Cabreira albergará mañana stands de apicultores, que venderán miel y material apícola, y talleres de manualidades en cera a cargo del centro Juan María y de dulces elaborados con miel del colectivo Encaixamos. La jornada contará con música tradicional y actuaciones infantiles. Paralelamente, se desarrollarán conferencias en el centro comercial Siglo XXI a partir de las 10.30, sobre producción de polen, manejo ecológico antivarroa y fotografía.