"Baiona tiene dos museos vivos, uno el de la navegación, que puede visitarse y otro en el mar, todavía por descubrir", asegura Novalbos, que se ha sumergido en sus aguas en docenas de ocasiones y ha reclamado a la Administración de forma reiterada una investigación para conocerlo. Hace dos años que la Xunta y la Armada iniciaron un rastreo con la colaboración del buzo. "Me llamaron para que les indicase los lugares donde podía haber restos, pero nunca más supe nada", explica. La discreción acerca del rastreo de yacimientos submarinos resulta fundamental para evitar atraer a los cazatesoros, explica.

La Casa de la Navegación ofrece información sobre diversos naufragios en la costa miñorana a lo largo de la historia, pero poco se sabe de su huella en el fondo del mar. Su directora confía en que la zona se estudie para contextualizar los hallazgos. "Cabo Silleiro es un auténtico cementerio de pecios y cada vez se trabaja más en arqueología submarina", indica esperanzada.