La Avenida de Redondela recuperó ayer la normalidad en el entorno del pabellón de deportes y del instituto de la parroquia, un tramo que se encontraba desde hace un año con los carriles del tráfico delimitados por bloques de plástico y obligaba a los vecinos a realizar importantes rodeos para acceder al barrio de Igrexa por la Estrada do Torreiro.

La Unión Temporal de Empresas (UTE) que ejecuta la ampliación de la autopista AP-9 despejó de obstáculos este vial durante la madrugada de ayer tras las quejas recibidas en las últimas semanas por parte de la Asociación de Vecinos de Chapela y del colectivo de afectados por las obras, que advertían de los problemas que causaban la delimitación de los carriles con barreras plásticas. Una de las principales críticas era el peligro que suponía para la circulación sobre todo durante las horas nocturnas por la mala iluminación, y también para los peatones ya que, al mantener cerrada una de las aceras, obligaba a los transeúntes a cruzar la calle por unos pasos de cebra provisionales habilitados en la zona.

Las barreras se habían instalado a principios del verano pasado con la finalidad de canalizar la circulación mientras se realizaban los trabajos de ampliación en el viaducto de la autopista que pasa por esta zona, para evitar que posibles caídas de material sobre la calzada pusieran en riesgo a los conductores.

Otro de los principales problemas que causaban estas barreras es que impedían el giro hacia la Estrada do Torreiro a los vehículos que circulaban en dirección a Redondela, por lo que les obligaba a desplazarse casi un kilómetro hasta una minirotonda provisional habilitada en el acceso a Riofrío para cambiar de sentido y acceder a la zona del instituto o la iglesia. Y lo mismo ocurría con los vehículos que circulaban en dirección a Vigo y querían acceder al aparcamiento del pabellón de Deportes, ya que tenían que desplazarse hasta la rotonda de acceso a la autopista situada junto al centro de salud.