La asociación de vecinos de Chapela reclama a la UTE (Unión Temporal de Empresas) que ejecuta la ampliación de la autopista AP-9 que despeje de obstáculos la Avenida de Redondela en el entorno del pabellón de deportes y del instituto de la parroquia. Esta zona se encuentra desde hace meses con los carriles del tráfico delimitados por bloques de plástico, lo que supone un peligro para la circulación sobre todo durante las horas nocturnas por la mala iluminación, y también mantiene cerrada una de las aceras, obligando a los peatones a cruzar la calle por unos pasos de peatones provisionales habilitados en la zona.

El colectivo vecinal explica que esas barreras llevan instaladas desde el verano pasado con la finalidad de canalizar la circulación mientras se realizaban los trabajos de ampliación en el viaducto de la autopista que pasa por esta zona, para evitar que posibles caídas de material sobre la calzada pusieran en riesgo a los conductores. Sin embargo, las obras en este puente ya remataron hace varios días, pero los bloques se mantienen situados sobre la calzada entorpeciendo la circulación en la zona.

Uno de los principales problemas que causan estas barreras es que impiden el giro hacia la Estrada do Torreiro a los vehículos que circulan en dirección a Redondela, por lo que les obliga a desplazarse casi un kilómetro hasta una minirotonda provisional habilitada en el acceso a Riofrío para cambiar de sentido y acceder a la zona del instituto o la iglesia. Y lo mismo ocurre con los vehículos que circulan en dirección a Vigo y quieren acceder al aparcamiento del pabellón de Deportes, ya que tienen que desplazarse hasta la rotonda de acceso a la autopista situada junto al centro de salud para después regresar por el mismo camino.

Y este problema se repite con los conductores que quieren salir de la zona del polideportivo en dirección a Vigo, y los que quieren desplazarse hacia Redondela desde la Estrada do Torreiro.

Ante esta situación reclaman que se despeje el vial de todos estos obstáculos para normalizar la circulación en la calle, sobre todo teniendo en cuenta que en las inmediaciones se encuentra el instituto de la parroquia y supone un peligro para los numerosos menores que cada día transitan por esta zona.

Otra de las quejas de los vecinos es la pequeña rotonda del acceso a Riofrío, ya que consideran que está mal señalizada y supone un peligro para los vehículos, puesto que pocos conductores respetan la preferencia de paso de los que están girando para cambiar de dirección. Además su escaso diámetro impide el cambio de sentido a los autobuses y camiones.