Es pronto para fijarse plazos, pero Cristina Correa se marca el reto de disponer de Plan Xeral en 2022. "É a miña gran prioridade como alcaldesa e espero velo aprobado en cinco anos", manifestó ayer. La falta de ordenación actualizada deja al municipio bajo las normas subsidiarias de 1996, "obsoletas e inadecuadas para as necesidades actuais". La regidora afirma que el marco legal por el que se rige el urbanismo impide a numerosos vecinos construir sus hogares. Dicha normativa exige disponer de servicios como redes públicas de suministro de agua y saneamiento para edificar, mientras que las nuevas leyes ya permiten hacerlo con traídas vecinales, explica.