Estaba previsto cortar 8, pero finalmente han sido 16 los árboles del Pazo do Conde de Gondomar que han desaparecido del recinto señorial para garantizar la seguridad y evitar nuevos derrumbes. Tras obtener el permiso judicial para acceder a la finca, el Concello ha finalizado la tala que pone fin al peligro de accidentes denunciado por los vecinos del entorno desde hace dos años.

Las sentencias ordenaban eliminar siete acacias y un fresno que el arquitecto municipal había declarado en riesgo de caída. Pero la operación se extendió a otros tantos ejemplares sin valor patrimonial que presentaban inclinaciones y peligrosidad, con el consentimiento del propietario, Gonzalo Fernández de Córdoba y Narváez, presente durante los trabajos.

Operarios de la firma Maderas Francisco Pérez Méndez, contratada por el Ayuntamiento para ejecutar los fallos judiciales, culminaron el martes la tala. La habían iniciado el pasado 19 de enero con una intervención desde el exterior del muro que rodea el pazo, a la espera de la autorización del magistrado que permitiese desplegar la maquinaria en el interior.

7.500 euros

Los trabajos cierran un conflicto de más de dos años entre el Concello y el aristócrata. El Ayuntamiento le ordenó la tala por primera vez en noviembre de 2014, tras las protestas de residentes de la urbanización Val Miñor, separada del pazo tan solo por un vial, que habían sufrido diversos daños en sus propiedades como consecuencia del desplome de varias ramas. Pero Fernández de Córdoba acudió a los tribunales para evitar la corta de árboles que, a su juicio, alteraba el recinto, protegido por la Dirección Xeral de Patrimonio como bien de interés cultural. Dos sentencias dieron la razón a la Administración local al considerar que la seguridad debe prevalecer sobre el interés patrimonial. La última, emitida el pasado septiembre por el TSXG. Después de tres meses sin ningún movimiento, ambas partes llegaron a un acuerdo. El Concello ejecutaría la tala forzosa y reclamaría los costes al conde. A la espera de la factura de la compañía maderera, el alcalde, Francisco Ferreira, estimaba ayer el importe total de la operación en 7.500 euros.