El inicio de la temporada de pesca de lamprea en las cerca de 120 pesqueiras activas del río Miño existentes en Salvaterra, As Neves, Arbo y Crecente está siendo "muy malo", según asegura el presidente de la asociación O Trabadoiro, Ángel Fernández Expósito, que representa a pescadores de los cuatro municipios.

El periodo de pesca se inició el pasado 15 de febrero y hasta ahora la valoración de los pescadores es que "está siendo de los peores inicios de los últimos veinte años", aseguran, a causa del bajo caudal que presenta el río Miño.

A pesar de las últimas lluvias, "el río sigue yendo seco porque los embalses estaban muy bajos y hasta que se recuperen..." explica este representante de los pescadores, quien confía que siga lloviendo durante las próximas semanas y el caudal suba. "En la zona de Arbo solo se han cogido 5 lampreas en estos primeros quince días" añade.

Está ocurriendo justo lo contrario que la última temporada, cuando un caudal demasiado elevado obligo a los pescadores a esperar hasta abril para tener capturas.

Mallas

Actualmente, lo común es ver redes de plástico de colores colocadas en las pesqueiras milenarias del Miño. El motivo es que la normativa exige que sus mallas midan 60 milímetros y si miden algo menos los pescadores son sancionados. "Las hechas a mano, con nailon, corren el riesgo de no tener exactamente los 60 milímetros, y además, aunque tengan esa medida, pueden encoger de un año a otro por los cambios de humedad, el sol... y por eso los pescadores no se arriesgan y las compran de plástico" señala Ángel Fernández, quien considera que el uso de este material es más contaminante. "Si se suelta una red y va a parar al mar, pueden engancharse en ella numerosas especies" advierte.

Los pescadores insisten en los perjuicios de mallas de esta medida. "Creen que con este tamaño se consigue que las lampreas más pequeñas salgan de la red, pero lo que se consigue es que muchas logren sacar solo la mitad de su cuerpo y se dañan o mueran al estar mucho tiempo intentando liberarse" apunta este pescador.

Aunque este año lo auguran "malo" en capturas, los pescadores de la zona alta del Miño demandan poder vender sus lampreas. "Quisiéramos un sistema para poder venderlas con garantías, diferenciando la procedencia de cada lamprea, pero para eso necesitamos que modifiquen la normativa del tamaño de la malla porque dañadas al tratar de liberarse no se pueden vender" señala Fernández, quien recuerda que antiguamente los pescadores sacaban las redes del río durante la noche para liberar lo pescado pero actualmente con los embalses no es posible sacarlas y permanece sumergidas toda la noche.