La presión de un grupo de vecinos de Chapela ha obligado a paralizar una tala de árboles que acomete la Comunidad de Montes de la parroquia al considerar que se trata de terrenos privados.

La zona en litigio abarca unos 30.000 metros cuadrados en el entorno de O Picoto, donde desde hace años mantienen un conflicto los vecinos con los comuneros por la titularidad de las fincas. Los afectados, agrupados en la Asociación de Propietarios de Teis y Chapela (Astecha), se concentraron tanto el pasado lunes por la tarde como ayer por la mañana en la zona donde se ejecuta la actuación y obligaron a parar las máquinas a los madereros.

El presidente del colectivo, José Pérez Rodríguez, asegura que el lugar en el que se realiza la tala no es terreno comunal, ya que existe un litigio abierto sobre la propiedad, por lo que exigen "que no se toque nada" hasta que el conflicto no se resuelva. "Llevamos desde 1980 solicitando a la Xunta que se realice un deslinde para aclarar qué terrenos del monte de Chapela son privados y cuáles son de titularidad comunal", explica Pérez. En este sentido señala que el pasado mes de diciembre, el Xurado Provincial de Clasificación de Montes Veciñales en Man Común de Pontevedra se acordó incoar un expediente de clasificación de los montes de la zona alta de Chapela para definir su titularidad. "No entendemos que si por fin la Consellería de Medio Rural va a proceder a realizar el deslinde los comuneros realicen la tala de árboles", indica el representante vecinal.

El presidente de Astecha afirma que desde el primer momento apostaron por la vía del diálogo para tratar de alcanzar un acuerdo con los comuneros, "pero parece que no tienen intención de reunirse con nosotros para resolver el problema".

Otro de los vecinos afectados, Antonio Ballesteros, destaca que el origen del conflicto se remonta a 1980 cuando se realizó la última revisión catastral y la zona fue catalogada como monte comunal. "Lo hicieron por error pese a que tenemos acreditadas la propiedad con escrituras heredadas desde finales del siglo XIX", puntualiza.

El colectivo asegura que se han cortado unos doscientos árboles en dos zonas que consideran terrenos privados, sobre todo ejemplares de pinos y eucaliptos de unos treinta años, una madera que todavía se encuentra sin retirar.