La fortaleza de Monte Real esconde un secreto que el Concello de Baiona quiere explotar como un atractivo turístico más. Se trata del misterioso buey esculpido en la piedra de la muralla que habrá que buscar del mismo modo que se rastrea la fachada de la Universidad de Salamanca tras la pista de la famosa rana. El Ayuntamiento señalizará próximamente la figura, frente a la playa de Os Frades, para facilitar la tarea a los ajenos, ya que los vecinos saben de sobra dónde encontrarla.

La divertida idea servirá para conmemorar el 520 aniversario de la Carta Puebla, concedida por los Reyes Católicos a Baiona para otorgarle numerosos privilegios y rebautizar su centro neurálgico. "En los tiempos pasados ovo guerras con gentes estranjeras recibieron mucho daño (...), que la población de dicha villa se pasase e mudase a M onte de Buey que es junto con la dicha villa, que agora nos mandamos llamar Monte Real porque allí estará más fuerte e más segura", rezaba la orden real.

Un artículo de divulgación del historiador local Anxo Rodríguez Lemos es el punto de partida de la iniciativa para localizar la figura, de origen desconocido y reconstruida con cemento. El Concello colocará un panel informativo en el que indicará cómo hallarlo. No hay más que llegar a la playa de Os Frades, colocarse frente a la muralla y contar, desde la garita allí ubicada, 36 almenas a la izquierda.

Los estudios de Rodríguez Lemos apuntan a una mala interpretación del topónimo Monte Boi como causa de que se tomasen como armas de la villa un navío y un buey, reflejados en su escudo. "O navío, tradicionalmente vinculado á chegada da carabela La Pinta en 1493, fai referencia para algúns autores á frota que partiu de portos cantábricos e atlánticos en 1247 cara a toma de Sevilla. O boi, para case todos os historiadores, responde ao nome da península, aínda que algúns o relacionan coa dificultosa relación co pobo celta dos boiis ou boyos e outros consideran o topónimo de orixe prerromana co significado de penedo. No caso de Baiona, temos unha pedra coñecida como O Boi na beira do mar e próxima á antiga cetárea de Serapio que, sen dúbida, foi a que serviu para denominar o espazo", explica.