Cuarenta y dos alumnos de entre 3 y 6 años del CPI da Cañiza han tenido que abandonar sus clases después de que el viento arrancase parte de su tejado y el agua comenzase a filtrarse. Una de las clases ha sido reubicada en la biblioteca de mayor tamaño del centro y las otras dos, ocupan una de las aulas de Primaria disponibles.

Seguirán temporalmente reubicados hasta que la Xunta subsane los daños. Su delegado en la provincia, José Manuel Cores Tourís, visitó ayer el centro e informó a la dirección del colegio y al alcalde cañicense, Miguel Domínguez, de que "una unidad técnica de la Jefatura Territorial de Educación está evaluando en estos momentos los daños para que esta unidad de Educación Infantil pueda ser reparada lo más rápido posible para garantizar la seguridad y la vuelta de los alumnos a sus clases".

El tejado de estas aulas no fue lo único que el fuerte viento arrancó el viernes de madrugada, también rompió 16 persianas del centro; algunas de ellas incluso fueron arrancadas y la conserje las encontró al día siguiente tiradas en el patio.

Asimismo, un árbol de gran tamaño cayó sobre el parque de Infantil rompiendo el tobogán. Además, debido a la caída de tejas y canalones el centro también registra filtraciones de agua en la biblioteca pequeña y en conserjería.

Oficina de empleo

El viento también se cebó en A Cañiza con la calle Otero Pedrayo, donde el cerrado de la terraza de un edificio salió volando dañando hasta seis vehículos estacionados. Por este motivo y ante el temor de que se produjesen nuevos desprendimientos, el viernes el Concello cortó el tráfico en esta calle en la que se encuentran servicios como la oficina de empleo de A Cañiza, un supermercado, una ferretería o una clínica veterinaria.

De hecho, la oficina de empleo que se encuentra justo debajo de la terraza que fue arrancada por el viento, volvió ayer por la mañana a la normalidad después de que fuera desalojada y acordonada su entrada el pasado viernes por seguridad de todos sus usuarios.