Hay veces en la vida en las uno puede decir: "este es mi año". Es el caso del escritor porriñés, Diego Giráldez. El 2016 ha sido, sin duda, un año que el autor, uno de los más reconocidos del panorama literario gallego actual, no olvidará. La guinda ha llegado esta semana, con el reconocimiento por parte de la revista Fervenzas Literarias de "Autor Galego do Ano 2016", un premio que se decidió después de realizar más de 400 encuestas a otros tantos lectores de la mencionada publicación. Además, su obra "Galería de saldos" -publicada en junio de 2016- fue votado como el segundo mejor libro gallego de narrativa y la portada, obra del ilustrador Antonio Seijas, fue también la más valorada.

Se trata de un broche dorado a una anualidad que empezó con la concesión del primer accésit del certamen Modesto R. Figueiredo en el mes de enero, y que adquirió una dimensión especial en mayo con el premio Manuel Murguía, probablemente el más importante en Galicia en el género de la narración breve.

Diego Giráldez, que ya había publicado un libro de poesía y tres de historia antes de estrenarse en el género narrativo, ha firmado un debut antológico. "Estoy contento con todos estos resultados", asegura Giráldez. "El libro comenzó en junio un recorrido que está desembocando en gratas sorpresas. En la literatura gallega hay una amplia oferta y de muy alta calidad y "Galería de saldos", entrando como quien accede a un salón lleno de gente desconocida, fue quien de hacerse un hueco", señala el autor.

Y la cosa no parece que se detenga. El 2017 ha empezado con noticias que confirman ese huecodel habla Diego y consagran su posición de reconocido escritor. El sello editorial Pulp Books se encargará de la traducción de "Galería de saldos" al castellano y su posterior distribución fuera de Galicia. De este modo, Giráldez podrá probar suerte en el mercado estatal.

Según explicó el propio Giráldez en una reciente entrevista concedida a FARO, "Galería de saldos es un libro de relatos cortos que no tienen un hilo argumental en común. Aun así, hay algo que los une: en todos aparece una obra de arte original como adorno o como excusa. Los personajes están muy apegados a la actualidad, golpeados por la crisis, por las enfermedades o por los desamores".