Las nuevas pasarelas para contemplar los petroglifos de Monte Penide sufrieron en la madrugada de ayer su tercer ataque en una semana. Todas las barandillas que delimitan y protejen los grabados rupestres de Chan da Cruz aparecieron cortadas con una sierra, aunque en esta ocasión el autor o autores de los daños no se llevaron los listones de madera -como ocurrió en la primera vez-. Al realizar un corte limpio las vallas pudieron ser reparadas ayer por la mañana colocando tornillos y pegándolas con poliuretano.

Aunque no se conoce ni los motivos de estos sucesos ni la identidad de los responsables, desde el gobierno local creen que puede tratarse del mismo vecino que fue identificado el pasado día 5 como supuesto autor de los destrozos en Chan da Cruz, ya que fue visto por algunas personas merodeando por la zona. En aquella ocasión se encontró parte del material sustraído en un almacén del campo de fútbol de Trasmañó, al que tiene acceso este hombre, que al parecer sufre una enfermedad mental, aunque esta vez los tablones quedaron tirados en la zona.

La concejala de Cultura de Redondela, Teresa París, lamentó ayer los daños causados contra esta actuación con la que se pretende evitar que los visitantes caminen sobre los grabados rupestres para garantizar su conservación, una iniciativa supervisada por la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural y que también servirá para atraer visitantes al parque arqueológico de Monte Penide. "Es una pena que alguien se dedique a destrozar este tipo de actuaciones que son beneficiosas para todos estos y que están para proteger los elementos patrimoniales, pero seguiremos reparándolas todas las veces que sean necesarias", indicó.

París pide la colaboración vecinal para que estos hechos no se repitan, aunque es consciente de la dificultad del problema. "Se puede reforzar las rondas policiales en la zona, pero es imposible vigilarla las 24 horas", señaló, y apunta que en caso de que vuelvan a repetirse se estudiaría convocar un gabinete con los comuneros y distintos colectivos vecinales de la zona para ver las medidas que se pueden adoptar.

Por su parte, el arqueólogo redondelano Xurxo Constela Doce, uno de los autores del proyecto de puesta en valor de este importante yacimiento, presentó una denuncia ante la Policía Nacional y también tramitará otra ante la Policía Autonómica "ya que se trata de un atentado muy grave sobre una zona protegida como Bien de Interés Cultural", y pide a las distintas administraciones, tanto Concello como Xunta, que se postulen también como denunciantes. Tanto los vecinos como los carpinteros y personal de la empresa A Citania -encargada de la obra- realizaron en los cuatro últimos días una vigilancia por turnos de dos horas, ya que se trata de una zona apartada de casas, aunque los ataques no se pudieron evitar al producirse a altas horas de la madrugada.