Ya no queda ningún resto en la vía del tren celta accidentado el pasado 9 de septiembre en las inmediaciones de la estación ferroviaria de O Porriño. Más de tres meses después, la división de talleres de Renfe, Integria, ha procedido, a través de una grúa, a retirar los últimos desperfectos de la máquina siniestrada que todavía descansaban junto a la estación.

Lo hizo ayer por la noche y para ello fue necesario cortar la vía que une las glorietas de Costilleta y As Angustias, en el término municipal de Mos, de manera que la mencionada grúa pudiera asentarse sobre el puente que cruza la vía y llevar a cabo la retirada de las piezas que quedaban. Según confirmaron fuentes de Adif, organismo encargado de gestionar la retirada por encontrarse los desperfectos en la vía, lo que se trasladó fue una parte del bogie (bloque completo de eje) que quedó desprendido. Los trabajos comenzaron a las 23:00 y duraron aproximadamente dos horas. Tanto la Policía Local de Mos como el cuerpo de Protección Civil del municipio se ocuparon de cortar la carretera. El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias señaló que con esta retirada, el lugar quedará limpio de restos del tren, aunque se seguirá trabajando en los desperfectos ocasionados en la infraestructura de la vía.

Permanecerán en A Granxa

Por su parte, Renfe, informó que los últimos restos del convoy automotor diesel S-592 fueron trasladados a la campa situada en el polígono industrial de A Granxa, donde también se encuentra la cabecera del tren, que resultó ser la más dañada tras el accidente. Tanto la cabecera como las piezas transportadas ayer permanecerán en el parque empresarial porriñés hasta que el Juzgado de Instrucción número 2 de Porriño dé instrucciones para moverlos. El resto de los vagones fueron retirados de la estación el mismo día que la cabecera, el pasado mes de octubre, pero en este último caso a unas instalaciones de Renfe en el municipio de Redondela.

No obstante, desde el TSXG apuntan que los desperfectos que todavía quedaban en las inmediaciones de la estación porriñesa no se prevé que vayan a ser de valor para esclarecer lo sucedido en el transcurso de la investigación. Las pruebas periciales podrían durar, eso sí, hasta el final de la propia investigación. En este sentido es importante recordar que la causa fue declarada compleja el pasado mes de septiembre, por lo que la instrucción llevada a cabo por el tribunal porriñés podría alargarse hasta inicios del año 2018.