La ONG Ponte Solidario, que nació en 2013 con carácter temporal para solucionar problemas de desigualdad y exclusión social en Ponteareas, corre el riesgo de tener que cerrar por quedarse sin local en el que poder seguir prestando ayuda a las casi 400 personas que atiende actualmente.

El local que ocupan los voluntarios en la calle Amado Garra se lo cedió una empresa con carácter temporal pero desde hace meses ésta les reclama que lo abandonen, porque, entre otros motivos, presenta problemas estructurales. A pesar de su tamaño reducido, lo utilizan para almacenar alimentos y ropa que consiguen para luego entregar a las personas que los necesitan. Además, en él imparten clases de apoyo a escolares cuyas familias no pueden costearse una academia o un profesor particular. También en este mismo espacio ofrecen atención psicológica o ayudan a elaborar currículos a desempleados que no saben cómo hacerlo.

"A principios de año nos avisaron que teníamos que abandonar el local en el que estamos y entonces empezamos a mantener entrevistas con el Concello pero durante este tiempo nunca nos han dado una respuesta clara" explica Benito Rodríguez, integrante de Ponte Solidario.

Tras varias reuniones, fue en verano cuando otros colectivos se sumaron a su petición de que el Concello les facilitase un local. Por eso, acordaron entre todos solicitar un espacio común para compartirlo (Círculo Feminista, Plataforma de Afectados por la Hipoteca, Adenco, As Brétemas y Ponte Solidario).

Finalmente, en septiembre, el gobierno ponteareano aceptó la propuesta de Ponte Solidario de que utilizasen un local en la primera planta de la estación de autobuses de 114 metros cuadrados. Sin embargo, cuando el Concello les remitió a los colectivos el borrador de contrato de cesión, estos comprobaron que el local que les ofrecían era otro, también en la estación de autobuses, pero tres veces más pequeño. Además, el pago de la luz debía correr a cargo de las asociaciones, estas debían pintarlo y el periodo de cesión de uso no se especificaba por lo que se negaron a aceptarlo y han optado por presentar alegaciones a ese borrador.

Por su parte, el alcalde Xosé Represas explica que "hubo un malentendido por parte de algunos colectivos porque lo que nosotros les enviamos fue un borrador de texto que era para debatir, genérico, no era definitivo para firmar". Asimismo, el regidor reconoce que "sabemos que es insuficiente para lo que se demanda pero es lo que podemos ofrecer en este momento a pesar de sus limitaciones. Estamos haciendo gestiones para poder disponer de otros espacios pero aún no han dado sus frutos".