La calle Rogelio Groba se ha visto afectada por obras desde la semana pasada por la necesidad de reponer su saneamiento. Una actuación que ha obligado a vallar esta vía peatonal y a levantar gran parte de su empedrado. Consecuentemente desde la semana pasada, los taxistas que se colocaban en este lateral de la casa consistorial han tenido que ser reubicados en su parte frontal, en las plazas reservadas para los integrantes de la corporación municipal.

La obra es responsabilidad de la empresa Construcciones Vale S.L. y se realiza con cargo al Plan Concellos 2016 de la Diputación de Pontevedra por un importe de 26.600 euros.

El gobierno local ha decidido actuar en este vial al constatar la existencia de fugas de aguas fecales. "En esta calle existía hasta ahora una tubería antiquísima, de cerámica, de más de 50 años, y estaba completamente obstruida y lo que se ha hecho es sustituirla por una tubería de plástico, de mayor capacidad, para que no existan problemas a partir de ahora", explica el alcalde, Xosé Represas.

Polvo y ruido

Reemplazada la tubería, la empresa trabaja ya esta semana en reponer el empedrado en superficie de esta calle peatonal. El alcalde ponteareano lamenta las molestias causadas a comerciantes y vecinos por el polvo y el ruido generado. "Si lo hubiese hecho el gobierno anterior cuando ya se realizaron obras en esta calle hubiese salido más barato y los vecinos hubieran padecido menos molestias", entiende.

Previamente, ya se ejecutaron en el centro urbano otras obras para reparar deficiencias del saneamiento en las calles Virgen de los Remedios o Paseo Matutino. Sin embargo, el gobierno local no descarta que aparezcan nuevas averías. "En las calles de Ponteareas cada día aparecen más sorpresas, no es descartable que aún haya que hacer alguna actuación más porque los gobiernos anteriores dejaban sin hacer estas obras por no ser visibles, porque no son de política de escaparate", apunta Represas.