La aparición de ocho ovejas muertas en una finca cerrada junto al monte de A Peneda, en Soutomaior, sumadas a otras cuatro cabras que también aparecieron sin vida en similares circunstancias hace unos días, ha encendido las alarmas en esta zona. Los ganaderos de este lugar atribuyen los ataques a la presencia de una manada de lobos, ya que todos los animales presentan heridas similares de mordeduras en el cuello.
Los hechos ocurrieron durante la madrugada del viernes en un prado vallado en la parroquia de Arcade, a unos cien metros de las casas, donde un rebaño de veinte ovejas suele quedarse a pastar durante las noches. Por la mañana, cuando el propietario de la explotación ganadera, José Vilán, acudió a recoger el ganado se encontró con la desagradable escena. Ocho de sus ovejas estaban tiradas por la parcela, muertas con señales de mordeduras en el cuello, y otras tres habían desaparecido. "Nunca había visto nada igual en esta zona, ya que es un lugar con bastantes casas y nunca hubo presencia de animales salvajes. Pero últimamente se han visto varios corzos y jabalíes, y ahora todo indica que estos ataques pueden deberse a los lobos", explica el afectado.
Aunque unos días antes se produjeron dos ataques similares en otra finca de la parroquia, donde aparecieron muertas cuatro cabras en dos noches diferentes, se pensaba que podía tratarse de algún perro asilvestrado. "Esto ha sido más grave porque han acabado con ocho ovejas en una sola noche. No puede ser la acción de unos perros, por las mordeduras y los restos que dejaron parece que pudo actuar una manada de lobos", señala Vilán.
El dueño de la explotación dio aviso del ataque a los agentes de la Consellería de Medio Ambiente para que acudieran para levantar acta del ataque e investigar si fue acción de los lobos o perros asilvestrados. "Aunque no es normal que los lobos lleguen hasta esta zona tan cerca de núcleos habitados, los incendios de los últimos meses y la falta de presas en los montes pueden haberles desplazado sus ámbitos de actuación en busca de alimento, y llegan a lugares en los que antes no tenían presencia. No sería tan extraño", comenta el ganadero,
Ahora, una vez realizado el informe por parte de los técnicos de Medio Ambiente, confía en que se confirme la autoría de los lobos para poder tramitar las indemnizaciones correspondientes. Aunque todavía no ha valorado las pérdidas, calcula que el valor de las ocho reses podría ser de unos 400 euros, ya que dos de ellas estaban preñadas, a las que tendría que sumar las tres que se encuentran desaparecidas. "Lo peor es el miedo que te queda porque puede volver a pasar. Antes dejaba a mis ovejas en el campo y ahora ya no volveré a estar tranquilo", concluye.
