La vía del diálogo parece reabrirse en la Cofradía de Baiona. Esta vez con la intervención de la Xunta, que respalda al pósito y advierte de que se aplicará la normativa que impide a los mariscadores a flote trabajar por tierra y viceversa y que supone la principal causa del conflicto. El jefe de la unidad de Vigo del Servizo de Gardacostas de la Consellería do Mar, Jesús Goce Lemos, se reunió ayer con ambas partes para explicar los detalles de la norma y se mostró abierto a participar en la búsqueda de un entendimiento con los percebeiros. El tenso encuentro acabó con el compromiso de todos de sentarse de nuevo el próximo miércoles en busca de un acuerdo que permita desarrollar el plan de explotación conforme a la ley.

Cofradía y Consellería mantienen su postura de sancionar a todo aquel que incumpla la citada norma, que solo permite a los enrolados en barcos trabajar por la costa cuando las condiciones meteorológicas impiden salir por mar. Así que ambas instituciones instan a los percebeiros a acordar entre ellos los criterios objetivos que les permitan establecer cuándo pueden trabajar a flote o a pie.

El quid de la cuestión es más complicado de lo que puede parecer. Depende del riesgo que cada uno decida asumir. "Hai xente que sae ao mar con dous metros de olas e outra que non se atreve con metro e medio", explicaban percebeiros ayer tras el encuentro. Lo que debe quedar claro es que, en función del tiempo que consideren apropiado, todos deben trabajar de una forma u otra. No será posible que cada armador decida por sí mismo.