Cruzar la calle de oído era toda una aventura para Ana Belén Mayán cada vez que salía sola de su casa, en la parroquia de Priegue. Ahora es una rutina más que afronta sin miedo al atropello. El Concello de Nigrán ha hecho realidad su solicitud y ha instalado sistemas de alerta acústica en nueve semáforos repartidos por todo el municipio para adaptarlos a las personas con dificultades de visión. Se acabaron para ella las angustiosas esperas en la acera hasta escuchar cómo se detienen los vehículos. Solo tiene que apretar el botón de su mando y aguardar el pitido para lanzarse con confianza a la calzada. "Ahora tengo más libertad para moverme por mi propio ayuntamiento", explicaba "contenta" ayer bajo el disco en rojo en el paso de peatones que atraviesa varias veces al día para llegar a la parada de autobús, junto al kiosco de la avenida Pablo Iglesias.

Cada mañana acompaña hasta allí a su hijo para tomar el transporte escolar. El problema se plantea cuando, ya sin el pequeño, vuelve a casa. O cuando sale otra vez en dirección a la marquesina para esperar el bus que la lleva a Vigo, donde trabaja como vendedora de la ONCE, o incluso a la hora de realizar cualquier recado, como ir a la farmacia. "Unas veces me ayuda la gente y otras cruzo cuando oigo a los coches pararse. He llegado a esperar mucho tiempo hasta estar segura", explica. Esa angustia constante la llevó a reclamar al Concello que adaptase los semáforos, como en la ciudad olívica, por cuyas calles camina más tranquila.

Y el gobierno local, inmerso en el proyecto "Un Nigrán para todos" que pretende adaptar los servicios a las personas con diversidad funcional tanto física como psíquica o sensorial, recogió el guante. Contrató a la empresa viguesa Esycsa, que, por importe de 10.563 euros, colocó los dispositivos en nueve semáforos de Rosalía de Castro, Estrada pola Vía y en la avenidas Val Miñor y Pablo Iglesias.

Se trata de un sistema que funciona únicamente en las ciudades. Se activa a través de bluetooth, que conecta tanto con los teléfonos móviles como con los mandos a distancia que facilita la ONCE, como el de Ana. "Es muy fácil. Aprieto el botón y enseguida suena el pajarito", bromea.

Lleva el aparato en el bolsillo desde hace ocho años. Padece una enfermedad de nacimiento que deteriora progresivamente sus retinas. "Antes veía los semáforos, pero la diabetes gestacional del embarazo aceleró el proceso y perdí mucha visión", explica.

Un obstáculo que la tecnología le ayuda a superar cada día. Ahora también en Nigrán. No solo a unos metros de su hogar, sino en buena parte del municipio. "Me viene muy bien para todo. Lo usaré aquí en Priegue, pero también cuando vaya al banco o al Concello, al que estoy muy agradecida", afirma.

También satisfecho se muestra el alcalde, Juan González. "É un claro exemplo de como podemos empregar as novas tecnoloxías para mellorar a vida diaria de todos os veciños. A accesibilidade vai máis alá de adaptar beirarrúas", destaca. En este sentido, recuerda la reciente colocación de bucles de inducción magnética que inhiben los ruidos de fondo para facilitar las gestiones a las personas con dificultades de oído en el consistorio, o la señalización de la planta baja del ayuntamiento con pictogramas de fácil comprensión, la colocación de barandillas en algunas calles o la creación de plazas de aparcamiento específicas.