Tres tiradores de la Sociedad de Caza de Vilaboa se apostaron a primera hora de ayer bajo un nido de avispa velutina, localizado en un eucalipto a más de 25 metros de altura, en la parroquia de San Adrián de Cobres. Se proponían destruir a tiros la guarida del peligroso insecto y lo consiguieron. Hicieron falta tres disparos de cada tirador, no porque no acertaran al objetivo -no fallaron ningún disparo-, sino porque los perdigones más que destruir el nido lo perforaban. A la tercera carga de artillería, el enjambre cayó al suelo y con él las larvas que permanecían en su interior.

Las reinas que se guarecen en el núcleo de la colonia "probablemente morirían todas, o al menos la mayoría", explica el concejal de Medio Ambiente de Vilaboa, Francisco Costa, Quico, que siguió la operación al lado de los tiradores.

Las reinas se protegen en el interior del avispero y podrían haber sido las primeras víctimas de las detonaciones. Pero muchas de las obreras salieron huyendo tras la primera carga de proyectiles y sobre éstas recae ahora la incertidumbre del éxito de la operación. Muchas de ellas morirán -su vida se complica sin nido y sin reina-, pero algunas otras podrán volver a anidar, especialmente si sobrevivió alguna reina. "Se pusieron señuelos y podremos ver el resultado dentro de unos quince días", apunta el edil.

En todo caso la guerra de los concellos de la comarca contra la avispa foránea no ha hecho más que comenzar y en Vilaboa ya se contemplan más métodos que la fumigación -para los nidos accesibles- y los disparos, para aquellos casos en los que "no podría llegar ni la escalera de los bomberos", como explica gráficamente Francisco Costa. El Concello de Vilaboa ya se ha puesto en contacto con una empresa que vende drones, para atacar a la avispa poniéndose a su altura, volando. La prueba de la fumigación mediante drones se realizará "en unos quince días".

Pero para plantar cara de una forma efectiva a la invasión de la avista velutina, cuya expansión puede ser nefasta para el medio ambiente, "es necesaria la colaboración de todos y la sensibilización de todos los vecinos; hay que contraatacarla", explica Francisco Costa. El edil de Medio Ambiente recuerda que este insecto foráneo es letal para la abeja autóctona y en consecuencia daña el ecosistema.

Los ayuntamientos de la comarca han empezado a hacer frente por ellos mismos a esta invasión, inabarcable para la Xunta que inicialmente era quien se encargaba del problema.

El Concello de Vilaboa retiró el pasado año 7 nidos, en lo que va de 2016 ya ha eliminado 17 y conoce más colonias. Con la colaboración de la delegación de apicultores de Galicia en O Morrazo (Daga) hoy se abatirán también a tiros dos nidos en Domaio.