El jefe territorial de la Consellería de Infraestruturas se reunirá el próximo lunes con los vecinos de Panxón para buscar una solución al cruce de la carretera PO-325, conocida como carretera por la vía, en el que el pasado jueves medio centenar de personas se manifestaron en demanda de un paso de peatones que mejore la seguridad vial en la zona.

Así lo confirmaron ayer fuentes del departamento autonómico, que advirtieron que la Xunta desconocía la preocupación vecinal por esta intersección, en la que confluyen la Rúa Bouzavella y Camiño do Seixo, donde ordenó borrar el paso de cebra pintado por el Concello por no cumplir los criterios legales necesarios para habilitarlo ni ajustarse a los requisitos de seguridad vial.

La reunión del lunes servirá a ambas partes para acordar un lugar en el que poder colocar un nuevo paso de peatones que permita a los vecinos cruzar con tranquilidad el vial, zona de paso habitual para acceder a servicios básicos como el centro de salud, el colegio o el comercio.

El nuevo paso se uniría a los dos existentes ahora en la parroquia en la bajada a Patos y en el cementerio y separados más de un kilómetro, lo que obliga a los peatones a dar un importante rodeo para hacer un simple recado.