La mayor polémica alrededor de la depuradora baionesa se originó hace exactamente una década, cuando todavía era un proyecto del bipartito en la Xunta. La entonces alcaldesa popular de Vigo, Corina Porro, propuso convertirla en una macroplanta para dar servicio a seis municipios de la ría. La idea no solo generó un conflicto interno en el PP, sino que logró unir en su contra a todos los grupos políticos representados en la Corporación municipal de Baiona, que encabezaron la manifestación más multitudinaria del siglo en el centro de la villa, a la que acudieron más de quinientas personas el 11 de septiembre de 2006.