Las comunidades de montes de Ponteareas, Arcos, San Lourenzo de Oliveira y Bugarín vigilan desde el pasado martes, todos los días, más de 300 hectáreas de monte en A Picaraña con el objetivo de "evitar incendios y de identificar a aquellas personas que intenten provocarlos de manera intencionada", explica Roberto Mera, vicepresidente de la comunidad de montes de Arcos.

No es la primera vez que los comuneros se movilizan para ayudar a preservar la masa forestal del municipio ponteareano, si bien es cierto que "este tipo de controles los llevamos a cabo cuando vemos que la situación es delicada, y este mes de agosto sin duda lo está siendo". Mera se refiere a un operativo en el participan "casi cincuenta personas" y en el que varias patrullas de vigilancia dividen por turnos, intentando cubrir casi todas las horas del día, y se sitúan en diferentes puntos de acceso al monte de A Picaraña. "Estamos conectados en todo momentos a través de teléfonos móviles, por lo que si vemos algo raro nos avisamos entre nosotros", explica Roberto Mera al tiempo que añade que "tomamos nota de las matrículas de los vehículos que entran, por lo que si pasan por uno de los puntos de control y tardan mucho en pasar por otro, ya nos ponemos alerta para vigilar qué están haciendo".

Chalecos, linternas y palas

Los comuneros cuentan con material que "la Xunta repartió en el año 2006 para combatir los incendios, creando las denominadas agrupaciones vecinales en defensa del monte, a las cuales dotó de chalecos, linternas o palas contra incendios que ahora seguimos utilizando nosotros".

Los comuneros mantendrán las labores de vigilancia "mientras dure esta situación de emergencia", asegura Roberto Mera. El vicepresidente de la comunidad de montes de Arcos también lamenta que "la Xunta no haya dictado resolución a la solicitud de subvenciones que presentamos ya en primavera para dotarnos de más herramientas en la lucha contra incendios". En este sentido, Mera pone el acento en "un proyecto para contar con un punto de carga de agua en A Picaraña, pues no tenemos, pero del que todavía no tenemos respuesta, por lo que para cuando nos digan algo probablemente ya estemos inmersos en la época otoñal y la posible urgencia de atender un incencio peligroso habrá pasado".